Activistas polacos ayudan a los ucranianos LGBT+ a huir de la guerra

Julia Maciocha está agotada: ha estado muy ocupada asegurándose de que las personas trans de Ucrania puedan seguir teniendo acceso a los medicamentos incluso cuando la guerra estalla en todo el país.

Es un trabajo que lo consume todo, pero Julia, que preside el Orgullo de Varsovia (Polonia), no tuvo que pensárselo dos veces para hacerlo. Como muchas otras personas LGBT+, ha visto con horror en las últimas dos semanas cómo Rusia invadió Ucrania, desatando la guerra y provocando un éxodo masivo en el proceso. Hasta ahora, dos millones de personas han huido de Ucrania, y la mitad de ellas han cruzado la frontera con Polonia.

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Julia y los activistas LGBT+ polacos con los que trabaja en el Orgullo de Varsovia se pusieron rápidamente en acción. Sabían que había mucho trabajo por hacer, desde organizar un alojamiento adecuado y seguro para las personas queer que cruzan la frontera hasta organizar la tan necesaria medicación para los que se quedan en Ucrania.

Estas son las realidades cotidianas de la guerra en las que la mayoría de la gente no piensa. Al final del día, las personas trans seguirán necesitando hormonas y las personas con VIH seguirán necesitando acceso a los medicamentos antirretrovirales. Los ataques aéreos y los toques de queda han hecho que esas cosas que la mayoría de nosotros damos por sentadas sean imposibles para los ucranianos queer.

Las personas LGBT+ que permanecen en Ucrania siguen necesitando acceso a suministros médicos

"Me veo como una mierda", bromea una Julia de aspecto cansado cuando hablamos por Zoom. Ella y otros activistas que participan en el Orgullo de Varsovia se enteraron durante el fin de semana de que podían transportar suministros médicos vitales para las personas LGBT+ de Ucrania. Trabajaron incansablemente durante el fin de semana para reunir los suministros, lo que hicieron con la ayuda de Fundacja Interakcja, una fundación polaca que ayuda a las personas intersexuales.

Finalmente, el lunes por la noche (7 de marzo), enviaron los suministros médicos a Ucrania. Dedicarse a la tarea ha ayudado a Julia y a otros activistas polacos a sentirse útiles en una época difícil y turbulenta.

"Esto es algo que me parece útil para salir adelante: tenemos una tarea, la hacemos, no pensamos demasiado en ella", dice Julia.

"Si alguien cruza la frontera y ya está en Polonia, entonces podemos hacer todo, pero todavía tenemos gente en Ucrania que no quiere irse o que no puede irse. Necesitan alimentos, necesitan suministros médicos, necesitan que se cubran sus necesidades básicas".

Simplemente duele saber que pueden ser heridos en cualquier momento.

Para Julia, sus esfuerzos por ayudar a la comunidad LGBT+ de Ucrania son el núcleo de lo que significa el movimiento del Orgullo. Los activistas que participan en el Orgullo de Varsovia han colaborado estrechamente con el Orgullo de Kiev durante algún tiempo, y Julia los considera amigos. Se emociona cuando se le pregunta qué sintió al despertarse el 24 de febrero con la noticia de que Rusia había invadido Ucrania.

"Siempre lloro cuando pienso en ello", dice, "todavía tengo amigos allí. Tengo amigos que han decidido quedarse; entiendo su decisión, están haciendo un trabajo increíble, pero me duele saber que pueden salir perjudicados en cualquier momento. Están luchando mucho".

Muchos ucranianos queer no querrán quedarse en Polonia por la homofobia del país

Mientras que algunos ucranianos homosexuales han decidido quedarse, otros han emprendido el difícil viaje hacia la seguridad en Polonia. El país se ha ganado los elogios de los gobiernos de todo el mundo por su actitud abierta hacia los refugiados ucranianos, pero Julia señala que el país es también uno de los lugares más homófobos de Europa. Esto supone un reto a la hora de encontrar un alojamiento seguro para los refugiados LGBT+.

"Sabemos que ahora mismo cualquier polaco abre su corazón a cualquiera, pero todavía no es una posición ideal para que las personas LGBTQ se sientan seguras", explica Julia, "queremos alojarlas con personas que entiendan sus necesidades y sus luchas. Queremos centrarnos en una ayuda que sea sensible a las necesidades de las personas LGBTQ. En este momento, la gente está muy traumatizada, no sabe qué hacer, está en shock".

Debido al trauma que han sufrido, muchos de los que cruzan la frontera tienen dificultades para adaptarse, dice Julia.

"Todavía no pueden creer que aquí todo se les dé gratis", dice, "no pueden creer que puedan conseguir vivienda gratis, comida, ropa, todo. También me sorprende que mi sociedad, mi comunidad en Polonia, haya decidido ayudarles tanto."

La mayoría de los refugiados intentan mantener la calma, dice Julia, pero eso no es fácil cuando te encuentras sumido en la incertidumbre en un nuevo país, lejos de la familia y los amigos.

No creo que [Polonia] sea un buen lugar para quedarse y empezar una nueva vida o seguir viviendo

"Diría que la mayoría de estas personas sólo intentan sobrevivir al día. La mayoría duerme al menos dos días tras permanecer en la frontera. Hace mucho frío; al principio no había ayuda humanitaria en el lado de Ucrania, así que muchas personas tuvieron que permanecer allí durante dos días sin comida, sin agua. Ahora mismo nos estamos centrando en darles tiempo para que descansen y luego resolveremos las cosas".

El panorama a largo plazo es incierto. Julia anticipa que muchos de los ucranianos LGBT+ que cruzan la frontera no querrán quedarse en Polonia a largo plazo debido a la preocupante caída del país en la homofobia y la transfobia en los últimos años.

"Estamos en contacto con otros países vecinos para darles apoyo cuando salgan de nuestro país. Es maravilloso lo que Polonia está haciendo ahora por la gente, pero todavía tenemos que recordar que somos el país más homófobo del ranking de la ILGA, así que no creo que sea un buen lugar para quedarse y empezar una nueva vida o seguir viviendo."

Se necesitan soluciones a largo plazo para atender adecuadamente a los refugiados ucranianos

En las últimas semanas, Polonia se ha ganado los elogios de Naciones Unidas y del Papa Francisco por acoger con los brazos abiertos a los ucranianos que huyen de la guerra. Julia no se siente "orgullosa" de su país, no cree en el "campechanismo", pero dice estar orgullosa de la sociedad polaca por haber respondido de la forma en que lo ha hecho.

"Ver a gente normal que pasa los fines de semana llevando a gente desde la frontera o que pasa las tardes haciendo bocadillos para la gente que viene a nuestras ciudades es hermoso, pero tenemos que recordar que no va a ser suficiente".

Julia afirma que el gobierno polaco debe "dar un paso adelante" y poner en marcha sistemas para atender correctamente a los refugiados ucranianos.

"Esto no es algo que la sociedad pueda hacer. Necesitamos que nuestro gobierno dé un paso adelante, y ahora mismo nuestro gobierno se limita a recibir los elogios de los líderes de otros países.

"Estoy muy orgulloso de los polacos, estoy orgulloso de todos mis amigos que acogen a gente, que dedican su tiempo al voluntariado, pero no diría que estoy orgulloso del país".