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Acusan a la serie de Ryan Murphy de sexualizar la relación de los hermanos asesinos

"ME MOLESTA MUCHO. NO SON PERSONAJES DE FICCIÓN. ERIK Y LYLE SON PERSONAS REALES QUE SUFRIERON AÑOS DE ABUSOS SEXUALES"

Acusan a la serie de Ryan Murphy de sexualizar la relación de los hermanos asesinos: 'Porno fetichista incestuoso'

Los espectadores de Monsters: La historia de Lyle y Erik Menéndez, están divididos sobre el retrato de la relación de los dos hermanos.

Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez ficciona la historia real de los hermanos de Beverly Hills que dispararon y mataron a sus padres, José y Kitty, una noche de agosto de 1989.

Es una historia compleja, que culminó cuando Lyle y Erik, entonces de 21 y 19 años respectivamente, entraron en una habitación de la mansión de sus padres y los mataron a tiros mientras veían la televisión. Los detalles son truculentos: José recibió seis disparos, Kitty diez, incluso mientras se arrastraba llorando.

Los hermanos pasaron siete meses eludiendo sospechas y gastando el dinero de sus padres antes de ser detenidos y acusados.

Pero la historia de fondo es quizá aún más truculenta: durante sus juicios, afirmaron haber sido víctimas de graves abusos sexuales a manos de su padre. Alegaron que José les había amenazado con matarlos si alguna vez hablaban, y otros miembros de la familia testificaron que ambos hermanos les habían confiado los abusos cuando aún eran niños.

La defensa esperaba -en vano, al final- que los hermanos fueran juzgados por homicidio involuntario, en lugar de asesinato, debido a los presuntos malos tratos. En 1996 fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato.

La nueva adaptación de Netflix del crimen y juicio de Murphy, en la que la estrella de Hospital General Nicholas Chavez y el actor de They/Them Cooper Koch interpretan a los hermanos asesinos, ya está cortejando la controversia.

Aparte de las acusaciones habituales de glorificar el crimen real o de ser infiel a los detalles más sutiles de la historia, uno de los mayores problemas que dividen a los espectadores es el retrato de la relación entre Lyle y Erik.

En una escena, se ve a Lyle despidiéndose con un beso a un Erik sin camiseta, y en otra se les ve bailando juntos en una fiesta, aparentemente besándose en el cuello y metiéndose los dedos en la boca.

En otra escena anterior, la pareja está junta en un baño, donde Lyle está desnudo.

Una escena homoerótica también muestra a Erik coqueteando aparentemente con un compañero de celda mientras está desnudo en las duchas de la prisión. Pamela Bozanich, fiscal en el juicio, declaró en una ocasión: "Sabíamos que Erik era gay y que practicaba sexo oral con los reclusos"; sin embargo, ninguno de los dos hermanos se ha identificado nunca públicamente como gay.

En las redes sociales, algunos han calificado las escenas de "porno fetichista incestuoso que explota" la desgarradora historia de los hermanos. Por otro lado, otros han salido en defensa de Murphy, diciendo que las escenas son intencionadas, para indicar cómo la experiencia de abuso sexual de la pareja "sesgó su mentalidad" en lo que respecta a las relaciones interpersonales.

"Esta mierda me molesta mucho. No son personajes de ficción. Erik y Lyle son personas reales que sufrieron años de abusos sexuales y emocionales por parte de su padre", se indignó un espectador en las redes sociales. "No eran monstruos y nunca tuvieron una relación incestuosa. Ryan Murphy, ¿por qué haces esto?".

Otro escribió: "No podemos dejar que Ryan Murphy dirija otra jodida serie, qué mier** está pasando... ¿por qué estamos romantizando el incesto?".

Un tercero dijo: "Crear fan fiction que implique incesto entre hermanos de la vida real, especialmente cuando ellos mismos han sido víctimas de abusos e incesto, es absolutamente vil y demencial. No tengo palabras".

Refiriéndose a la escena de la ducha, otra persona preguntó: "¿Esto forma parte de la historia? ¿O es algo que Ryan Murphy decidió añadir porque sí?".

Otros, sin embargo, señalan el hecho de que durante el juicio, Lyle admitió haber abusado sexualmente de su hermano, diciendo que había aprendido a hacerlo de su padre. El punto de vista de Murphy, argumentan esos espectadores, refleja la experiencia de dos hermanos dañados por toda una vida de abusos.

"Ryan no está retratando a los hermanos como amantes o teniendo una relación incestuosa, está mostrando que [el] abuso sexual que sufrieron sesgó su mentalidad cuando se trataba de amor y sexo", argumentó un usuario de las redes sociales.

Un segundo añadió: "El hecho de que la gente no pueda entender que Ryan Murphy no está idealizando a los hermanos como amantes o teniendo una relación incestuosa... y que en su lugar, está mostrando cómo el abuso sexual les alteró psicológicamente en lo que se refiere al amor y al sexo."

Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez no sería una interpretación de Ryan Murphy sobre crímenes reales sin un poco de controversia.

En 2022, tras el estreno de la primera entrega de la serie Monsters, La historia de Jeffrey Dahmer, varios familiares de las víctimas del caníbal de Milwaukee acusaron a la serie de "volver a traumatizarles".

La madre de Tony Hughes -la duodécima víctima de Dahmer- cuestionó que los asesinatos pudieran servir de entretenimiento.

A pesar de la reacción, Murphy mantuvo la serie.

Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez ya está disponible en Netflix.

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Más: Erik Menéndez Lyle Menéndez monstruo Ryan Murphy

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