Atenci贸n centrada en las personas, sin贸nimo de calidad de vida
Hace más de 40 años que se detectaron los primeros casos de Sida en el mundo, divulgado como “cáncer gay” o “cáncer rosa” y convirtiéndose en el primer síntoma de un estigma que está relacionado directamente con los hombres homosexuales y mujeres transexuales.
Poco después, los diagnósticos comenzarían a darse también entre personas que se inyectaban drogas y en pacientes hemofílicos. Se iniciaba, así, la que se convertiría en la peor epidemia social y sanitaria de la segunda mitad del siglo XX.
Combatir el VIH es, desde entonces, una de las necesidades más urgentes y prioritarias de la agenda política y social debido a su gravedad. Aunque en este tiempo, y gracias a los avances y la efectividad de la ciencia y de los tratamientos antirretrovirales, hemos pasado de una enfermedad potencialmente mortal, a convertir el VIH en una patología crónica y manejable. Alcanzadas estas altas tasas de actividad clínica, los esfuerzos se centran ahora en mejorar la calidad de vida de quienes viven con esta enfermedad.
Un enfoque que aumenta la calidad de vida de las personas que viven con el VIH
Yasmin Benoit participa en una campa帽a para mejorar la vida de las personas asexuales
El paciente debe estar en el centro de las decisiones sanitarias. Tanto es así que, en los últimos años, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONUSIDA han incluido entre sus objetivos uno, el cuarto 95, con el que se pretende optimizar la atención integral y multidisciplinar del paciente, considerando, además de la sintomatología y necesidades clínicas del VIH, otras que atienden a aspectos personales y sociales de quienes conviven con el virus. Es el caso de los problemas de salud mental, el estigma asociado a la enfermedad, o aquellos derivados del impacto emocional de sufrir una enfermedad, hasta el momento, incurable.
Para la Dra. Mª José Fuster, directora de Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (SEISIDA), existe evidencia de que hay una relación positiva entre las preferencias de los pacientes y su calidad de vida vinculada a la salud (CVRS). “Precisamente para lograrlo, y ante la falta de indicadores concretos, es vital desarrollar una comunicación fluida entre el equipo médico y la persona con VIH, solo así, esta podrá transmitir cómo se siente, los síntomas que padece y sus percepciones. Una atención médica efectiva y de calidad enfocada a mejorar el abordaje terapéutico y asistencial de estos pacientes”, declaró.
A pesar de los avances, la investigación en VIH no se detiene. En la actualidad, además de los esfuerzos dedicados a mejorar la vida de las personas con VIH, se siguen investigando alternativas para eliminar el virus, soluciones que vayan más allá de la indetectabilidad y mejoren los factores que influyen directamente en las personas que viven con la infección; entre ellos, el envejecimiento precoz y la aparición de otras enfermedades vinculadas a la longevidad de estos pacientes.
Prevenir y diagnosticar de forma temprana para garantizar una mejor calidad de vida
Cuanto antes se diagnostique la enfermedad, antes se puede comenzar con la medicación. Detectado a tiempo y bien tratado, es posible tener una vida larga y sana como la de cualquier otra persona.
El VIH puede afectar a la salud, por lo que, conocer síntomas y factores de riesgo ayudarán a identificarlo y a tomar decisiones propias con criterio. Es muy importante convertirse en un experto sobre tu cuerpo y tu salud y, para ello, se debe mantener una comunicación fluida con el equipo médico; solo así, sabrá como se siente la persona con VIH.
Puedes conocer más en el portal de información sobre el VIH y el SIDA: eresvihda.es