Axel Hotels desembarca en Bilbao con una promesa clara: te van a poner mirando a la ría
Bilbao acaba de sumar un nuevo lugar de referencia para la comunidad LGBTQIA+, y no es un bar, ni una galería, ni un club… ¡Es Axel Hotel Bilbao! Bajo el provocador lema “Te vamos a poner mirando a la ría”, la conocida cadena ha inaugurado su primer hotel en la ciudad con una fiesta que fue todo un canto a la libertad, el arte y el orgullo queer.
La gran noche: arte, espectáculo y mucho amor por lo nuestro
La apertura del hotel fue todo menos convencional. Se convirtió en una celebración por todo lo alto con espectáculos, instalaciones artísticas y performances en vivo, en un recorrido de cuatro horas por todos los espacios del hotel. Todo ideado por el director creativo de Axel, Kike Doatis, como un homenaje sin complejos al arte y la creatividad LGBTQIA+.
La fiesta incluyó actuaciones, DJ sets, proyecciones y performances en habitaciones, y culminó en el espectacular rooftop con la pieza “Danza poliédrica” del artista bilbaíno Cachorro Lozano, donde cuatro bailarines desplegaron una coreografía alrededor de la piscina. Pura magia.
La emoción también se hizo presente con un tributo muy especial a tres figuras esenciales para la visibilidad del colectivo en Bilbao: La Otxoa, primera gran transformista de España; Las Fellini, colectivo de arte queer de referencia; y Asier Etxeandía, cantante y actor que ha puesto cara, voz y cuerpo a muchas batallas. Hoy, tres de las suites del hotel llevan sus nombres.
Y como anunció el CEO de la cadena, Albert Olivé, este reconocimiento no será exclusivo de Bilbao: “Nuestros espacios son nuestra bandera, y este homenaje es nuestra manera de agradecer a una comunidad que nos ha hecho sentir parte de ella desde el primer día”. La iniciativa se extenderá a todos los hoteles Axel. Bravo.
Un hotel con alma (y mucho diseño)
Situado en pleno Casco Viejo y frente a la ría, Axel Hotel Bilbao se suma a la oferta de la cadena en el País Vasco, después de que en 2019 se inaugurara el Axel de San Sebastián. Con 110 habitaciones, el nuevo hotel ha sido concebido como un espacio libre de etiquetas, donde la diversidad es el punto de partida.
El edificio respira esencia industrial y arquitectura inspirada en Frank Gehry, en una ciudad donde tradición, arte y modernidad se abrazan sin miedo. Como en el resto de hoteles Axel, aquí también hay diseño cuidado, estilo vibrante y zonas comunes pensadas para conectar, compartir y disfrutar.
Y atención, porque el Skybar promete convertirse en el nuevo place to be de la ciudad: vistas panorámicas, piscina con cubierta de cristal retráctil, ambiente para ver y ser visto, y cómo no, el mejor txakolí para brindar. En la planta baja, el bar restaurante y el espacio wellness se fusionan a través de grandes cristaleras, manteniendo ese juego de interior y exterior tan característico de Axel.
Turismo queer que suma, que llena y que crece
Sí, Axel Hotels ha venido para quedarse. Con una inversión de 1 millón de euros en este nuevo proyecto, las previsiones para 2025 son más que optimistas: 32.884 reservas, una ocupación del 85% y un ticket medio de 113,88€, lo que se traduce en unos ingresos de 3,75 millones de euros solo en habitaciones. Vamos, un éxito anunciado.
Y es que hablar de turismo es hablar también de libertad: de espacios donde todas las personas puedan ser ellas mismas, incluso cuando están lejos de casa. Y eso es exactamente lo que representa Axel Hotel Bilbao: un lugar seguro, diverso y lleno de buenas vibras.
Axel Hotels: más que hoteles, templos de la inclusividad
Para quienes aún no lo sepan, Axel Hotels fue la primera cadena de hoteles LGBTQIA+ del mundo, nacida en Barcelona en 2003. Desde entonces, ha redefinido lo que significa alojarse: cada uno de sus hoteles es una celebración del amor libre, el respeto y la visibilidad. Su filosofía Good Vibes Only ha conquistado ya ciudades como Berlín, Madrid, Miami o San Sebastián, y pronto llegarán también Valencia y Oporto.
Con este nuevo hotel, Bilbao se suma al mapa del turismo queer internacional con un espacio a la altura. Y tú, ¿vas a dejar que te lo cuenten o vas a dejarte mirar por la ría?