Boris Johnson no prohibirá de las terapias de conversión
Boris Johnson ha renunciado a su prometida prohibición de las terapias de conversión.
ITV News informó que un documento informativo oficial confirma que Johnson "ha acordado que no debemos avanzar con la legislación para prohibir la terapia de conversión LGBT".
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Esto ocurre a pesar de que el año pasado se anunció la prohibición de esta práctica en el Discurso de la Reina y de que el gobierno realizó una importante consulta sobre el tema.
Un portavoz del gobierno confirmó: "Tras haber estudiado en profundidad esta delicada cuestión, el Gobierno ha decidido proceder a revisar cómo puede desplegarse la legislación vigente de forma más eficaz para evitarlo de la manera más rápida posible, y explorar el uso de otras medidas no legislativas."
Theresa May prometió por primera vez prohibir esta práctica en 2018.
El documento filtrado sugiere que el giro se anunciará en el discurso de la Reina de mayo, y que la guerra de Ucrania podría utilizarse como justificación.
"Esto nos permitirá posicionar la decisión como una prioridad de nuestro programa legislativo, y reduce el riesgo de parecer que hemos señalado un tema LGBT", se lee, según ITV News.
"Dadas las circunstancias sin precedentes de grandes presiones sobre el coste de la vida y la crisis de Ucrania, es urgente racionalizar nuestro programa legislativo".
Parece que el cambio de dirección ha venido de Johnson. Se entiende que la ministra de Igualdad, Liz Truss, y su Oficina de Igualdad no han participado en la decisión.
"Aunque Liz no está comprometida ideológicamente con la legislación, es probable que le preocupe ser la dueña de la nueva posición, ya que se ha comprometido personalmente a presentar el proyecto de ley", dice el documento.
Jayne Ozanne, una activista que abandonó el Grupo Asesor LGBT del gobierno, ya disuelto, por el trato que daba a las personas LGBT+, dijo en una declaración: "El primer ministro ha mostrado una escasa consideración por las vidas de las personas LGBT+ en esta cruel decisión, lo que nos deja con pocas opciones para concluir que no se puede confiar en su palabra.
"Esta es, con mucho, la mayor traición a la confianza que la comunidad LGBT+ ha experimentado en años y va en contra de todos los compromisos que él, sus ministros y otros parlamentarios conservadores de alto nivel han hecho.
"Es increíble creer que se haya echado atrás en una promesa así, sobre todo teniendo en cuenta las evidencias claras de los daños significativos que sufren las personas LGBT+ vulnerables, puestas de manifiesto en las investigaciones de su propio gobierno".
Hace apenas unas semanas, el 4 de marzo, el ministro de Igualdad, Mike Freer, prometió que se prohibiría la terapia de conversión, y que abarcaría las prácticas religiosas y a todas las personas LGBT+.
Se cree que Freer no estaba al tanto del plan del primer ministro de abandonar la prohibición legislativa.
Theresa May prometió por primera vez prohibir la terapia de conversión en 2018. Tras su dimisión como primera ministra, en mayo de 2019, las conversaciones sobre la prohibición se silenciaron durante más de un año.
En junio de 2020, Liz Truss confirmó que el gobierno había encargado una investigación sobre la "vil y aborrecible práctica", y en julio de ese año Johnson prometió una legislación.
"En cuanto al tema de la terapia de conversión gay, creo que es absolutamente aborrecible y no tiene cabida en una sociedad civilizada, no tiene cabida en este país", dijo.
Sin embargo, el gobierno siguió dando largas. En abril de 2021 disolvió su Grupo Asesor LGBT, después de que Ozanne y otros miembros renunciaran citando un "ambiente hostil para las personas LGBT+" entre los ministros. A esto le siguió rápidamente el anuncio de una consulta pública.
Tras retrasos y prórrogas, se llevó a cabo en octubre de 2021, pero la propuesta estaba plagada de lagunas que permitirían a los adultos "consentidos" someterse a la terapia de conversión (los expertos dicen que el consentimiento no es posible en ese escenario) y contaba con exenciones religiosas.
