Cadena de pollo frito cierra tras 9 días por homófoba
Seguramente cuando oigas pollo frito, te venga a la cabeza Kentucky Fried Chicken o incluso Popeye’s, pero no es la única cadena de comida rápida basada solo en pollo que existe. Chick-fil-A es otra cadena dedicada a la querida ave de corral, cuenta con más de 2000 establecimientos entre Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
Ahora tendrá un establecimiento menos, puesto que el local del Reino Unido ha anunciado que cerrara en 2020, este anuncio viene solo 9 días después de que se inaugurara, tras una seria de protestas y boicots. Esta cadena en Estados Unidos siempre ha estado ligada a la polémica, por unas declaraciones homofóbicas de su presidente, Dan Cathy, en la que condeno el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero la cosa no acaba ahí, también han donado millones de dólares a grupos de ultraderecha, y algunos grupos que apoyan las conocidas terapias de conversión. Así como las muestras de apoyo público por parte de ciertos políticos conservadores en Estados Unidos no les ha ayudado mucho.
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Con esta publicidad esta compañía ha intentado abrir locales en varios lugares del globo, en todos sin éxito. En Sudáfrica abrieron dos locales que cerraron a los cinco años y el año pasado otro en Canadá tras varios intentos. La filosofía del fundador Truett Cathy, “basada en los principios bíblicos”, junto a las declaraciones de su actual CEO, no es de extrañar que la compañía se encuentre con dificultades cada vez que quiere abrir un nuevo establecimiento.
Varias personas gays empleadas en esta compañía afirman haber sufrido bastante trabajando en sus locales, teniendo que aguantar todo tipo de comentarios y ofensas. Otra muestra más de la política de esta compañía, normal que no les vaya bien. Mientras la competencia realiza campañas a favor de la igualdad y en apoyo del colectivo LGTB, como en KFC que promocionan: “pollos deliciosos servidos sin odio”.