Comer bien en Andorra es un placer y casi una obligación
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Comer bien en Andorra es un placer y casi una obligación.
Que en un país tan pequeñito como Andorra existan más de 440 restaurantes es una indicación de la gran tradición de la cocina andorrana, sus grandes posibilidades y su gusto por la combinación de sabores hasta hacer que tu visita se inolvidable a nivel grastronómico.
La base de toda esta grastronomía la puedes encontrar en sus 20 bordas, antiguas casas de montaña convertidas en estupendos restaurantes llenos de platos tan típicos como el trinxat de montaña, la escudella, la carne a la brasa y a la llosa, la trucha de río, los platos de caza o, ¿por qué no? bacalao y marisco. Siempre acompañados de estupendos vinos regionales como el Cim del Cel, de la Casa Beal, así como el Escol y el Torb, de la Borda Bodega Sabaté; cervezas artesanales como Alpha y el famoso Nectum, antes un jarabe para los resfriados y ahora el aderezo de carnes y ensaladas de moda. Y qué mejor que acabar tal festín con una buena bandeja de postres caseros.
¿Y cuándo es el mejor momento para disfrutar de estos platos?
Pues en Enero se llevan a cabo las Escudelles en las parròquies del país y las jornadas gastronómicas Lo Mondongo, en La Massana. En septiembre se celebra la Fira del Bolet, en Arinsal, y La Mostra Gastronòmica de Ordino. Y durante el mes de octubre, tiene lugar La Massana Fogons, con diferentes menús con los productos de temporada.
¿Qué te animas a venir a Andorra a picar algo?
Porque, como te decíamos, comer bien en Andorra no es solo un placer sino casi una obligación.
