Cómo preparar una consulta médica por VIH
La confianza en los médicos a lo largo de la historia del VIH ha variado en función de los avances terapéuticos. Hoy en día, convertida en una patología crónica, puede verse reforzada al construir relaciones de apoyo con los pacientes que mejoren sus resultados de salud.
Para lograr la mejora en la atención al paciente, el personal sanitario debe lograr captar lo que significa vivir con VIH y cumplir con una pauta indispensable en sus consultas: El paciente está siempre en el centro. “Este modelo asistencial se está extendiendo en las consultas que atienden enfermedades crónicas” - Ignacio Pérez Valero, médico especialista del hospital universitario Reina Sofía de Córdoba. -
Preparar la consulta para mejorar tu VIHda
¿Cómo preparar un speech?
Es imprescindible que los pacientes sientan libertad a la hora de comunicar posibles efectos secundarios en la medicación, o incomodidad en las decisiones tomadas en la última consulta. Para ello, el médico, debe ayudar a identificar posibles cambios que reduzcan las barreras a las que se enfrenta: utilizar preguntas abiertas para que el paciente participe en las decisiones sobre su tratamiento del VIH; fomentar las conversaciones sobre temas de consumo de sustancias; comportamiento sexual y comorbilidades neuropsiquiátricas; e, incluso, ayudar a los pacientes a encontrar recursos para abordar las necesidades insatisfechas y las barreras a la atención, si fuera necesario.
A continuación, incluimos algunos de los consejos a tener en cuenta antes de acudir a tu cita como paciente y poder ofrecer la mayor cantidad de información posible. Apunta todos tus pensamientos, analízalos y concluye cuáles de ellos podrían ser útiles para que tu médico lo tenga en cuenta:
- Antes de acudir a tu cita médica, dedícate un rato para ti: piensa en lo que te preocupa, cómo te sientes, qué echas en falta…
- ¿Estás contento con tu vida en general? ¿Hay algo que te gustaría cambiar? Vida laboral, sexual, amorosa, familiar…
- Examina tus condiciones físicas, quizá encuentres impedimentos en una actividad, dolor muscular, insomnio… Coméntale a tu médico aquellos problemas que no ha conseguido solucionar.
- Ten en cuenta tus bajones emocionales y piensa por qué se han podido producir. ¿Has tenido ansiedad, tristeza o angustia?
- Medita tus preocupaciones, tanto de ahora como de cara al futuro.
- ¿Te sientes aceptado en tu entorno más cercano? ¿Crees que podría mejorar?
- ¿Eres persistente con el tratamiento? Pregúntate por qué en ocasiones no lo sigues.
Existe una serie de cuestionarios, con los que puedes responder fácilmente a los siguientes aspectos de tu vida: calidad de vida, el estigma, la calidad de sueño, la adherencia o seguimiento de tratamiento. Puedes acceder a ellos a través de la plataforma de contenidos sobre el VIH, eresVIHda.es.
Por supuesto que, sin llevar a cabo una correcta adherencia a la medicación, todo lo anterior no podría llevarse a cabo con éxito. Tomar los medicamentos para el VIH todos los días evita que “se multiplique”, lo que reduce el riesgo de que mute y produzca un VIH resistente a los medicamentos. Una mala adherencia al régimen de tratamiento también permite que el VIH destruya el sistema inmunitario. Un sistema inmunitario dañado dificulta la lucha del organismo contra las infecciones. También es importante, no solo desde un punto físico, si no también a nivel anímico por no lograr cumplir con los objetivos propuestos por el médico o no conseguir la calidad de vida deseada.
Como conclusión, debes saber que los pacientes son y serán el centro de atención en la relación médico-paciente, siendo el “eje del sistema” que mueve el cuarto 95 del objetivo de La Estrategia Global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONUSIDA con respecto a la calidad de VIHda del paciente. La atención sanitaria del mismo no se limitará únicamente al tratamiento de los síntomas del VIH sino que también, mirará a la persona de forma íntegra, y así lograr un bienestar integral que engloba lo físico, lo afectivo/mental y lo social.
