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Conoce la historia de Gay Black Group

UNA GRAN HITO OLVIDADO QUE TIENE GRANDES LECCIONES QUE ENSEÑARNOS

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En los años 80, el Gay Black Group se convirtió en un hito en la historia británica del colectivo LGBT+.

Especialmente en los dos últimos años, las cuestiones relativas a la negritud, la inclusión y la diversidad han dominado nuestros ciclos de noticias y han facilitado el diálogo mundial. El resurgimiento del movimiento Black Lives Matter el año pasado ha llevado a un mayor reconocimiento de la historia negra británica. A pesar de ello, las historias de los negros queer siguen siendo pasadas por alto, agotadas e incluso descartadas.

Una película de Here and Now de 1983 ofrece una rara visión de la historia de la organización de los negros LGBT+ en Gran Bretaña.

A través de entrevistas a miembros negros y asiáticos del Gay Black Group (GBG), la película obliga a los espectadores a reflexionar sobre la marginación de las personas LGBT+ de color y la importancia de los espacios seguros interseccionales. La reportera Paula Ahluwalia documenta los retos a los que se enfrentaban las personas de color en la hostil Gran Bretaña de los años 80, una atmósfera de exclusión que sigue impregnando a la comunidad LGBT+ en la actualidad.

Sentados en la librería londinense Gays the Word, lugar de reunión habitual del Gay Black Group, los miembros fueron filmados discutiendo la importancia de su organización. El grupo, formado en 1981, se había movilizado bajo la noción de "negritud política", un marco solidario popular adoptado por las organizaciones radicales antirracistas en las décadas de 1970 y 1980.

La negritud política se consideraba la estrategia más eficaz para luchar contra el racismo blanco, ya que animaba a todas las personas de color a unirse identificándose como negros. Los grupos radicales de la época solían afirmar que su identidad negra no representaba su color, sino su postura antirracista.

Uno de los miembros describe cómo las organizaciones de gays blancos carecen de "empatía negra", ya que "profesan ser no sexistas [y] no racistas, pero no pueden entender realmente cómo nos sentimos". Antes del Grupo Gay Negro, se habían unido a espacios gays blancos y se les había animado a salir del armario de una forma "muy blanca y de clase media". Esto les llevó a una ruptura familiar y a tener que dejar su casa.

Pronto, la discusión gira en torno al fetichismo racial en la "escena gay". Otro entrevistado describe los dos tipos de personas a las que se ha enfrentado en los espacios gay blancos. Uno, explica, "sólo te quiere para tener sexo, y el otro tipo no quiere conocerte en absoluto".

Todo esto hace que los homosexuales negros tengan una "vida muy solitaria". El premiado cineasta Isaac Julien explica cómo se cosifica, exotiza y fetichiza a los negros queer, recordando que los hombres homosexuales blancos utilizan términos como "comercio duro" para describirlos. Todo esto, concluye Julien, no deja "ningún espacio para la propia personalidad".

El Grupo Gay Negro, al ser el "único en el país", fue recibido con hostilidad y acusaciones de ser un grupo "extremista". Julien habló de la respuesta "reaccionaria" de sus amigos gays blancos, que le abrió los ojos a las sutilezas del racismo dentro de la comunidad LGBT+.

Otro miembro, periodista y traductor autónomo, explicó que de las personas de color "se espera que se normalicen, que sean heterosexuales y que borren partes de nuestra identidad". En los espacios para homosexuales blancos, continúa, "se espera que blanqueen [su] cultura negra". Por el simple hecho de existir y permitir que sus miembros se conecten, el Grupo Gay Negro permitió a sus miembros "reafirmar [su] cultura" de una manera que de otra manera no podrían.

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El Grupo Gay Negro tiene pocos miembros femeninos. Una mujer explica que muchas "prefieren reunirse de forma autónoma [y] prefieren trabajar con mujeres para mujeres". Continúa explicando cómo el papel de las mujeres negras dentro de la familia, y dentro de la sociedad en general, hace que sea "más difícil" para ellas salir del armario. Otra barrera que destaca es la falta de "figuras femeninas negras públicas que sean [abiertamente] homosexuales". Estos debates sobre las presiones interseccionales, la visibilidad y la representación en la pantalla son temas que siguen siendo tan relevantes hoy como en 1983.

La diferencia cultural y su impacto en la capacidad de vivir abiertamente es un tema general. Uno de los miembros, un keniano de origen asiático, describe cómo su estricto origen hindú le impidió salir del armario. Al ser el mayor, se convirtió en el cabeza de familia tras la muerte de su padre y temía que salir del armario dificultara a su hermana encontrar pareja debido a la homofobia de la comunidad asiática. Para él, "la familia es más importante que la sexualidad".

Una de las partes más llamativas de la película es un segmento con una pareja interracial. Alan, un hombre blanco, habla de los celos que sintió cuando su compañero Ahmed se unió al grupo. Sin embargo, vio la diferencia que el Grupo Gay Negro supuso en la vida de Ahmed y le enseñó "lo que significa ser negro y lo que significa ser negro y gay". Antes de entrar en el grupo, admite, su relación había sido "según las líneas blancas", y estaba "casi ciego al hecho de que Ahmed era negro". La respuesta de Alan nos recuerda cómo las identidades se entrecruzan y hacen que las personas se enfrenten a retos en múltiples frentes. Este tipo de debates sobre la interseccionalidad se siguen manteniendo hasta hoy y siguen siendo vitales.

Esta película nos ofrece una visión poco común de las experiencias históricas de los negros LGBT+ en Gran Bretaña. El Gay Black Group fue radical en su capacidad de combatir tanto la homofobia como el racismo, ofreciendo un espacio seguro y sensible a las experiencias de sus miembros. Sin saber cuándo se hizo la película, uno podría confundirla fácilmente con un reportaje realizado en la actualidad.

Los temas tratados, como la fetichización, la interseccionalidad y la representación, son temas con los que la comunidad LGBT+ sigue lidiando. Si nos comprometemos con nuestra historia y escuchamos las experiencias vitales únicas de las personas, estaremos mejor equipados para afrontar los retos actuales. Historias como ésta se pasan por alto con demasiada frecuencia hasta que llega el mes de octubre. Es nuestro reto colectivo el de comprometernos mejor con las diversas historias durante todo el año y utilizarlas para encontrar soluciones creativas a los problemas actuales.

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