Dumbledore es tan gay, una obra necesaria para los fans LGTB+ de Harry Potter
Si pudieras volver a visitar tu propia infancia, ¿qué cambiarías? Para aquellos cuyo pasado está enterrado bajo capas de homofobia, la respuesta es interminable.
Esta pregunta es el núcleo de la obra de Robert Holton Dumbledore is So Gay, una historia de viajes en el tiempo protagonizada por Alex Britt en el papel de Jack, un joven Potterhead que descubre su sexualidad cuando la de Dumbledore se convierte en tema de conversación nacional.
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La obra comienza con Jack, un niño de 12 años, en clase de francés, y su vida se basa en una realidad que muchos de nosotros reconoceremos: la palabra "gay" utilizada como un insulto irreflexivo, los padres que se niegan a ver a Graham Norton en la televisión, la constante vigilancia de la masculinidad entre los chicos.
La única diferencia es que Jack está equipado con un girador de tiempo mágico como el de sus queridas películas de Harry Potter, lo que le permite retroceder el reloj de su propio pasado problemático.
Max Percy y Charlotte Dowding completan el reparto de tres personas como los mejores amigos de Jack, Ollie y Gemma, los Ron y Hermione de su Harry. Ambos se transforman a la perfección en una serie de coloridos personajes: el padre deslenguado, la madre obsesionada con los Eastenders, la profesora de francés que le apoya en secreto.
Pero la atracción de Jack por Ollie y su perfecta nariz de "salto de esquí" se encuentra en el centro de todo, el trasfondo de tensión y vergüenza que se profundiza a medida que pasa el tiempo.
Con sus modales de chaval y su exagerada fanfarronería, Ollie encarna perfectamente la homofobia interiorizada que domina el tira y afloja de la atracción de los chicos durante sus primeros años de adolescencia.
Al final, sus caminos se separan y Jack se siente atraído por las brillantes luces del Cielo, donde se regocija en "una bruma de máquinas de humo, paredes chorreantes de sudor, gogo boys y un millón de fragmentos de bolas de discoteca", pero de repente se produce una tragedia y se ve arrastrado a enfrentarse a la realidad y al dolor que ha enterrado en su interior.
Es entonces cuando Jack da tres vueltas de tuerca y nos devuelve a la clase de francés donde todo empezó, decidido a manejar su sexualidad y la de Ollie de forma diferente esta vez.
Las preguntas que se hace Jack hablan de los fundamentos de la experiencia de los maricas en el armario: ¿Cómo sería mi vida si... mis compañeros me aceptaran? ¿Si mis padres me aceptaran? ¿Si yo lo aceptara?
En este sentido, Dumbledore is So Gay no se anda con rodeos, pero desgraciadamente no se puede decir lo mismo de su enfoque del autor que inspira la obra.
La única referencia al impacto de JK Rowling en la comunidad LGBT+ es una línea desechable y llena de ironía: "Hablaré con JK... ¡Ron puede ser trans! A ella le encantará", lo que parece una especie de evasión después de la honestidad brutal y descarnada que caracteriza la actuación.
Pero, a pesar de esta omisión, la obra es en gran medida relacionable; una celebración divertida y fiel del autodescubrimiento en los años noventa, llena de personajes encantadores y frases ingeniosas que realmente hacen reír. Y, como todas las buenas obras de teatro, te deja reflexionando mucho después de que se cierre el telón.
Ver Dumbledore es tan gay en línea - disponible hasta el 17 de octubre.