El futbolista español Rubén García se acaba de convertir en nuestro nuevo aliado favorito
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Por tercer año consecutivo, el mayor torneo de fútbol de España se celebró en Arabia Saudí.
En vísperas de la Supercopa de España, el Barcelona, emitió una directriz homófoba dirigida a todos los miembros de su grupo itinerante.
Dada la ubicación del torneo, el club aconsejó a jugadores, socios y oficiales que se abstuvieran de comportamientos "indecentes" y "homosexuales".
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Afortunadamente, al menos un jugador de renombre se pronunció en contra del consejo discriminatorio.
Rubén García, jugador del Osasuna, club de la segunda división española, declaró a la prensa que cree que la directiva minimiza a los homosexuales.
"Realmente me sorprende que no sea normal que a un hombre le guste otro hombre", dijo. "Me sorprende que las parejas homosexuales no puedan estar aquí. Podríamos dar un paso adelante".
"El fútbol se asocia al macho, a la masculinidad, a la fuerza... Supongo que los homosexuales sentirán miedo, y pensarán: '¿Qué dirán si digo que me gustan los hombres?' Si un compañero de equipo me dijera que es homosexual, ¡yo estaría encantado!".
Hay que tener en cuenta que García no se limita a decir que le parecería bien un compañero de equipo gay. Ha ido un paso más allá, diciendo que estaría "encantado".
Es una distinción que merece la pena.
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El apoyo descarado de García es muy apreciado en el fútbol profesional masculino, donde hay una escasez de representación LGBTQ+. Tras la retirada de Zander Murray, solo hay cuatro jugadores profesionales en el mundo (Collin Martin, Josh Cavallo, Jakub Jankto y Jake Daniels).
Cavallo, que acaba de recuperarse de un desgarro en el tendón de Aquiles, ha hablado del acoso homófobo que ha sufrido.
"Al estar ausente del fútbol por una lesión de larga duración, el ruido exterior estuvo presente y fue inevitable entre este viaje", publicó en Instagram. "Tristemente incontables e interminables amenazas de muerte dirigidas a mi vida cotidiana y sexualidad debido a mi ausencia del fútbol".
Cavallo no es de los que se echan atrás y se lanza a por sus detractores, que se esconden tras nombres de usuario.
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Cuando se trata de aceptar dinero de oligarquías represivas de Oriente Medio, la mayoría de los dirigentes del fútbol se dejan la moral en Europa. La FIFA prohibió a los jugadores llevar brazaletes arco iris durante la Copa Mundial masculina de 2022, y se sentó en silencio cuando se prohibió la entrada a los estadios a los aficionados que llevaban atuendos arco iris.
Incluso firmes aliados de LGBTQ+, como Jordan Henderson, abandonan la comunidad gay por millones saudíes.
Pero para Rubén García, la lucha por la representación de los homosexuales es más personal. Dice que las experiencias de su hermano gay han moldeado sus puntos de vista.
"Mi hermano José nunca dijo directamente a nuestros padres que era homosexual, pero en casa se sospechaba", dijo. "En un ambiente masculinizado como el fútbol, me pongo en el lugar de un futbolista que podría ser homosexual, y es difícil".
"El mundo del fútbol es un mundo al revés. ... Entiendo por qué tienen miedo".
La afición de Rubén García por hablar claro no le costó a su equipo, por cierto. Osasuna jugó las semifinales.
El Barcelona, por su parte, perdió en la final contra el Real Madrid.
"Muchos futbolistas no son conscientes de su capacidad para ayudar a nivel social", afirma García.
Aunque eso pueda ser cierto, nos alegramos de que Rubén García lo sea.
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