El jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa culpa de la guerra de Ucrania al LGTB+
El jefe de la Iglesia Ortodoxa rusa parece haber culpado de la invasión de Ucrania, que ha causado cientos de muertos y millones de desplazados, a los desfiles del Orgullo LGBT+.
En su sermón del "Domingo del Perdón", el Patriarca Kirill de Moscú respaldó la guerra entre Rusia y Ucrania y dijo que el derramamiento de sangre decidirá "de qué lado de Dios estará la humanidad".
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El obispo ortodoxo ruso, de 75 años, que lidera la religión más popular e influyente del país, dijo que las leyes y los desfiles pro-LGBT+ de Ucrania han supuesto una "prueba de lealtad" para Rusia por alinearse con los valores progresistas.
"Los desfiles del orgullo están diseñados para demostrar que el pecado es una variante del comportamiento humano", dijo, según The Moscow Times.
"Por eso, para entrar en el club de esos países, hay que hacer un desfile del Orgullo Gay".
"Si la humanidad acepta que el pecado no es una violación de la ley de Dios", continuó, "si la humanidad acepta que el pecado es una variación del comportamiento humano, entonces la civilización humana terminará ahí".
El Patriarca afirmó que "Occidente organiza esencialmente campañas de genocidio contra los países que se niegan a organizar desfiles de homosexuales" antes de decir que las regiones ucranianas escindidas en el centro del conflicto, conocidas colectivamente como Donbas, han "rechazado" tales valores.
"Durante ocho años se ha intentado destruir lo que existe en Donbás", dijo.
"Y en Donbás hay un rechazo, un rechazo fundamental a los llamados valores que ofrecen hoy los que reclaman el poder mundial.
"Sabemos que si las personas o los países rechazan estas demandas, no forman parte de ese mundo, se convierten en extraños a él".
Kirill describió la guerra como algo "mucho más importante que la política".
Kirill, cuyo nombre real es Vladimir Mikhailovich Gundyayev, lleva mucho tiempo en sintonía con el presidente ruso Vladimir Putin, al que considera un "milagro de Dios".
Alineándose fuertemente con Putin, cuya fe ortodoxa es fundamental en su política, Kirill ha comparado la igualdad matrimonial con el nazismo y el "totalitarismo soviético", además de culpar del ascenso del Isis a la aceptación "impía" de la homosexualidad.
En su primer discurso público el mes pasado, subrayó que "empatiza profundamente con todos los afectados por esta tragedia", todo ello sin decir del todo la palabra "guerra" ni especificar que Rusia lanzó lo que Kirill describió simplemente como una "operación militar".
La iglesia, también conocida como el Patriarcado de Moscú, está profundamente enredada con el aparentemente secular Kremlin. La iglesia rusa, que ha utilizado la guerra como un mazo para reafirmar la influencia de Rusia en la región, lleva mucho tiempo deseando unirse con su rama ucraniana bajo un único patriarca en Moscú.
Tras la independencia de Ucrania en 1991, el Patriarcado de Constantinopla, máxima autoridad de la ortodoxia oriental, concedió en 2019 la legitimidad a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana.
En la actualidad, unas 700 parroquias han cambiado su lealtad a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana. Pero las 12.000 restantes han jurado lealtad al Patriarcado de Moscú, dando a Putin un canal de influencia clave en el país.
Sin embargo, la guerra ha dado un golpe a esto, ya que el clero y los fieles de las iglesias ortodoxas ucranianas vinculadas a Moscú se han distanciado totalmente de Rusia, desafiando abiertamente las amenazas de Moscú.
En un sermón televisado el domingo, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, el Metropolitano Epifanio, dejó perfectamente clara la postura de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana: "Queridos hermanos y hermanas", dijo, "rezamos y actuamos.
"Nuestro heroico pueblo se defiende del ataque de Rusia, que lanza sus soldados y armas contra nuestros pueblos y ciudades.
"Y cada hora de nuestra resistencia inspira a más y más personas de todo el mundo a apoyar a Ucrania".
