Encarcelan a un electricista por castrar a ocho personas y un asesinato
Un electricista de Alemania, que castró a ocho personas y mató a una en sangrientas operaciones en la mesa de la cocina tras anunciarse en sitios web de BDSM, ha sido encarcelado.
Horst B, de 67 años, cuyo anonimato está protegido por la legislación alemana, realizó las operaciones ilegales entre julio de 2018 y marzo de 2020.
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Comenzó a anunciar sus servicios en sitios web de BDSM cuando se encontró endeudado tras la muerte de su esposa, según declaró el tribunal regional de Múnich durante su juicio, que comenzó en octubre.
Aunque empezó ofreciendo a sus clientes palizas y descargas eléctricas, pronto pasó a ofrecer servicios con los que podía ganar mucho más dinero. Las castraciones, dijo al tribunal, estaban "en demanda".
B se anunciaba en Internet como médico "profesional y formado", lo que le ayudó a destacar en foros donde otros ofrecían supuestos "tratamientos" con tijeras de jardinería.
Pero dijo al tribunal que, en realidad, había buscado cómo realizar la operación en Internet, según 20 Minuten. También observó dos operaciones en un hospital.
"Simplemente tuve la confianza de hacerlo, porque leí mucho en Internet", dijo.
"Puedes buscar de todo: cómo dar puntos de sutura, cómo detener una hemorragia".
B recogió el instrumental quirúrgico y los narcóticos antes de realizar la primera operación en la mesa de su cocina, por la que recibió 1.200 euros.
A las siete primeras víctimas les extirpó los testículos y a la octava también le cortó parcialmente el pene. Sin embargo, una de las víctimas se deterioró tras la operación y murió.
Preocupado por perder su fuente de ingresos, B escondió el cuerpo del hombre en una caja e intentó deshacerse de él. Sin embargo, la policía lo descubrió tres semanas después, lo que condujo a su detención.
B se enfrentó inicialmente a una acusación de asesinato, que negó, por no ayudar al hombre, aunque admitió haber realizado las operaciones.
El cargo de asesinato fue finalmente retirado, y fue condenado por agresión agravada, peligrosa y simple.
El martes, B fue condenado a ocho años y seis meses de prisión.
El tribunal tuvo en cuenta el hecho de que cada una de sus víctimas había sido castrada voluntariamente, y escuchó que una quería convertirse en "eunuco", otra pensaba que la operación curaría una adicción al porno, y una tercera se sometió a la operación como parte de la afirmación de su identidad de género.