Europa avanza hacia la autoidentificación de las personas trans

Elinor Höke odia ir al médico. Esta estudiante transexual está registrada con su antiguo nombre y teme oírlo gritar en la abarrotada sala de espera de su clínica local en el oeste de Alemania.

"Es lo que dice mi tarjeta del seguro, pero que me llamen 'Sr. Höke' es raro para todo el mundo y también degradante para mí", dijo el joven de 22 años en una videollamada desde la ciudad de Bochum.

Como muchos alemanes trans, Höke espera que el gobierno cumpla su promesa de aprobar este año una ley de autoidentificación que facilite el cambio de género legal, sumándose así a una creciente lista de países de todo el mundo que permiten la autodeclaración.

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Según la ley vigente, los alemanes trans tienen que acudir a los tribunales y aportar dos informes periciales, normalmente de psicoterapeutas, para cambiar su nombre de pila y sexo legal en documentos oficiales como la tarjeta del seguro, el pasaporte y el permiso de conducir.

Para muchas personas trans, el proceso es oneroso e intrusivo, y además puede costar varios miles de euros completarlo, dijo Höke.

"No lo he hecho con la esperanza de que la ley de autoidentificación acabe llegando", dijo.

La legislación propuesta en el acuerdo de coalición del gobierno permitiría a las personas trans simplemente declarar el cambio de sexo en un registro civil local. Los niños mayores de 14 años también podrían hacerlo con permiso de sus tutores legales.

Alemania es uno de los países europeos -desde Finlandia y los Países Bajos hasta España- donde los legisladores están debatiendo leyes de autodeclaración.

En todo el mundo, más de una docena de naciones, entre ellas Malta, Irlanda, Argentina y Nueva Zelanda, permiten ya la autoidentificación trans, según un reciente informe de la ONU, mientras que Nepal y Pakistán utilizan un proceso similar para las personas que se identifican con un tercer género o utilizan un marcador no binario.

Pero a pesar de la creciente aceptación de la autoidentificación, la cuestión está resultando controvertida en Europa, haciéndose eco de los encarnizados y a menudo polarizados debates sobre los derechos de los transexuales en Estados Unidos y Gran Bretaña.

Algunas voces críticas con el género, entre ellas las feministas, afirman que la autoidentificación pone en peligro a las mujeres porque podría ser utilizada por hombres depredadores para acceder a espacios de un solo sexo, como aseos o vestuarios.

"Ahora tienes que ducharte al lado de un hombre desnudo porque dice que es una mujer", dijo Lidia Falcón, presidenta del Partido Feminista de España, una pequeña organización que ha acaparado titulares en los últimos meses por sus opiniones críticas con el género.

En España, el Senado está a punto de dar su aprobación final a un proyecto de ley de autoidentificación que fue aprobado por la Cámara Baja en diciembre. Si se convierte en ley, cualquier persona a partir de los 14 años podrá cambiar de sexo mediante autodeclaración.

Los activistas LGBTQ+ han celebrado la victoria, pero han criticado la decisión del Partido Socialista (PSOE) de no apoyar los marcadores de género neutro en los documentos de identidad para las personas que se identifican como no binarias, es decir, ni hombres ni mujeres.

"No nos rendiremos, seguiremos luchando", afirmó Darko Decimavilla, activista no binario de Madrid.

En Alemania, el comisario del gobierno para los derechos LGBTQ+, Sven Lehmann, afirmó que el proyecto de ley de autodeterminación debería aprobarse antes de que finalice el verano, pero los activistas LGBTQ+ temen que se produzcan retrasos, ya que las autoridades intentan abordar las crecientes preocupaciones sobre las propuestas.

"Estas preocupaciones deberían disiparse en el curso del proceso legislativo", dijo un portavoz del Ministerio de Justicia.

Los críticos, entre ellos el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y la revista feminista EMMA, han argumentado que la autoidentificación borraría lo que consideran hechos biológicos.

Críticas similares se han expresado en Gran Bretaña, donde el gobierno está invocando por primera vez poderes para vetar un proyecto de ley escocesa de autoidentificación aprobado el mes pasado.

También en Finlandia, el Parlamento se dispone a votar en los próximos días un proyecto de ley de autoidentificación para mayores de 18 años, tras una serie de retrasos relacionados con objeciones a la legislación.

"Las voces críticas con el género han intentado limitar el proyecto de ley y frenarlo", afirmó Vilja Heikkilä, una mujer trans de 21 años que estudia en Turku, en el suroeste de Finlandia.

Aparte de su preocupación por los derechos de la mujer, los críticos de la autoidentificación también se oponen a que se permita a los menores cambiar su sexo legal y afirman que se les empuja a la terapia hormonal y a la cirugía de afirmación de género antes de que estén preparados.

Heikkilä, que tuvo que esperar cuatro años hasta obtener sus nuevos documentos de identidad a finales del año pasado, dijo que la autoidentificación simplemente servirá para separar el cambio legal de la transición médica, que luego dependerá de cada persona.

Actualmente, el proceso depende de las clínicas especializadas en género del país, que tienen que emitir un diagnóstico de disforia de género y no están disponibles en las ciudades más pequeñas.

Si se aprueba, Finlandia se convertirá en el último país en eliminar el requisito de esterilización para cambiar de sexo legal, un obstáculo al que las personas trans siguen enfrentándose en países europeos como la República Checa y Rumanía, según el grupo de defensa Transgender Europe.

Mientras los legisladores se preparan para votar las reformas legislativas, los defensores del colectivo LGBTQ+ han redoblado sus esfuerzos para concienciar sobre los derechos de las personas trans y recabar apoyos para la autoidentificación.

Una coalición de organizaciones trans alemanas ha creado una página web en la que se recogen citas de cientos de jóvenes trans, mientras que la FELGTB española ha lanzado una campaña en las redes sociales para hacer frente a las ideas erróneas sobre el proyecto de ley, incluido el temor a que los hombres depredadores puedan abusar de él.

En diciembre, Víctor Madrigal-Borloz, experto independiente de la ONU en orientación sexual e identidad de género, declaró a Openly que no había pruebas que apoyaran una relación entre la autoidentificación y los abusos sexuales contra mujeres en países que ya contaban con leyes de este tipo.

Los activistas trans holandeses afirman que los mismos argumentos relativos a los espacios para un solo sexo y la terapia hormonal infantil se están utilizando también para impugnar el proyecto de ley de autoidentificación que se debate en los Países Bajos, donde actualmente las personas trans necesitan un diagnóstico médico de disforia de género para cambiar de género legal.

"Es deshumanizante y humillante que un médico tenga que aprobar tu identidad, sólo tú sabes quién eres", afirma Brand Berghouwer, presidente de Transgender Netwerk Nederland, que ha pasado por el proceso.

"No quiero que las generaciones más jóvenes pasen por lo mismo".

En Bochum, Höke dijo que la adopción de la autoidentificación en su país simplemente le facilitaría llevar una vida normal, permitiéndole salir o viajar al extranjero sin miedo a salir del armario cada vez que mostrara un documento de identidad.

"No necesito una ley de autoidentificación para ir al baño, llevo año y medio utilizando los baños de mujeres y sigo teniendo una identificación masculina; pero la necesito para viajar sin tener que descubrirme en el aeropuerto", dijo Höke.

"De eso trata esta ley de autoidentificación".