Grindr, Tinder y Scruff, ¡vaya por Dios!
Aplicaciones para ligar: ¡todo el mundo las usa! Bueno, quizá no todo el mundo, pero son más populares que nunca. Son una forma fácil y cómoda de conocer gente, y deslizar el dedo puede ser adictivo. Sin embargo, si vas a hacer algo más que navegar, es importante tener en cuenta que el uso de aplicaciones para ligar entraña ciertos riesgos. La mejor forma de protegerse es conocer los riesgos y tomar medidas para reducirlos. Al fin y al cabo, el sexo es más divertido cuando no te preocupa la seguridad, ¿verdad?
Ahora bien, debo incluir el descargo de responsabilidad habitual: no hay forma de eliminar por completo los riesgos cuando se trata de sexo. El sexo (especialmente con personas que no conoces) es una actividad intrínsecamente arriesgada, pero hay formas de reducir esos riesgos.
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Cuando conoces a alguien a través de una aplicación para ligar, estás conociendo a un desconocido. Intenta quedar en un lugar público, como una cafetería o un bar. Puede que hayáis hablado un rato por Internet antes de conoceros, pero no hay forma de estar seguro de que dicen la verdad sobre quiénes son. Conocerlos en persona te ayudará a conocerlos mejor. Si sientes que se disparan tus sentidos de peligro, haz caso a tus instintos y no vayas a ningún sitio a solas con ellos. Más vale prevenir que curar.
Cuando vayas a reunirte con alguien, avisa a un amigo o familiar de confianza de dónde estás y cuándo volverás. En esta situación, es muy importante que alguien sepa dónde estás en caso de que algo vaya mal. Algunas personas llegan incluso a pedir a su cita una foto de su carné de conducir antes de quedar. Lo dejo a tu elección, pero tengo que admitir que es una buena forma de comprobar que la persona es quien dice ser.
Tanto si tienes una cita como si vas de paseo, la protección sexual es primordial. Lleva preservativos, lubricante y cualquier otro equipo de protección que necesites para mantenerte a salvo de las ETS y el VIH. No des por sentado que la otra persona los tendrá. Y recuerda que los preservativos sólo funcionan si los usas tú. Piensa con antelación cómo vas a plantear el uso del preservativo, de modo que si tu pareja se niega, tengas preparada una respuesta. Es tu cuerpo, y no estás obligado a renunciar al preservativo sólo porque tu pareja no quiera utilizarlo.
Si mantienes relaciones sexuales con personas que no conoces bien, tienes varias parejas o corres el riesgo de contraer una ETS o el VIH, no olvides hacerte las pruebas con regularidad. La sífilis, la clamidia y la gonorrea son muy frecuentes en la actualidad, y las tasas de infección están aumentando. Hacerse las pruebas puede darte tranquilidad, y si el resultado es positivo para una ETS, puedes recibir tratamiento de inmediato. Esto no sólo protege tu salud, sino también la de tus parejas.
La PrEP es otro método para reducir tus riesgos. La PrEP (profilaxis preexposición) es una medicación diaria que previene la transmisión del VIH. Tiene una eficacia del 99% en la prevención de la transmisión del VIH por vía sexual. En situaciones en las que no conoces muy bien a tu pareja, es posible que no sepas cuál es su estado serológico, y aunque muchas personas son francas, otras pueden no serlo. El uso de la PrEP sólo te protegerá del VIH. La PrEP NO previene otras ETS como la clamidia, la gonorrea y la sífilis. Por lo tanto, se recomienda utilizar un preservativo junto con la PrEP para prevenir otras infecciones.
También me gustaría subrayar la importancia de proteger tu seguridad emocional. Sea como sea, el sexo implica sentimientos, ya sea amor, amistad o simplemente calentura. Sí, la calentura es un sentimiento. Para mucha gente, los ligues son una experiencia positiva. Sin embargo, para muchas otras pueden ser más complejas. A veces puedes tener una mala experiencia sexual. Otras veces, puedes tener sensaciones inesperadas o sorprendentes. Es importante que seas sincero contigo mismo sobre cuáles son tus sentimientos, que se los comuniques a tu pareja y que procedas de la forma que sea mejor para ambos. Esto puede significar cualquier cosa, desde iniciar una relación hasta no volver a verse. Si sientes una angustia emocional que crees que no puedes manejar solo, habla con un amigo o familiar de confianza, o busca ayuda de un profesional de la salud mental.
Cuando se trata de tu salud sexual, es importante que TÚ seas lo primero. Tu salud y bienestar deben ser una prioridad y, como se suele decir, más vale prevenir que curar. Hay muchas formas de disfrutar de tus experiencias. Encuentra las que mejor se adapten a ti y, sobre todo, mantente seguro.