Hablemos más sobre el uso de las drogas en el sexo LGTBI+

Cesida, Coordinadora Estatal de VIh y Sida ha lanzado una campaña dirigida al colectivo LGTB+, en concreto aquel que practica “Chemsex”, del inglés “Chem” (refiriéndose a chemicals por las drogas) y “sex” (sexo en inglés). El Chemsex se trata del uso sexualizado de drogas entre, principalmente, hombres gais y bisexuales, personas trans y no binarias.

El cometido principal de esta campaña es el de informar al conjunto de personas que deseen practicar este tipo de sexo, y sean conscientes de las consecuencias negativas que puede traer consigo. “No todas las personas que practican chemsex están percibiendo tener consecuencias negativas, puesto que cada grupo utiliza un patrón diferente de consumo: diferentes sustancias, diferentes vías de administración, diferente frecuencia” explica Raúl Soriano, coordinador de la campaña y consultor en chemsex. 

“Cuando las prácticas se intensifican o se mantienen en el tiempo es más fácil que aparezcan esos problemas y que afecten a distintos ámbitos de la salud”. El sexólogo y sociólogo ideó esta campaña principalmente para las personas LGTB+.

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Las sesiones de chemsex pueden durar horas o incluso días, en pareja, tríos o grupos. Esta espiral inmersiva de drogas y placer sexual puede desembocar en una errónea práctica sexual como la inutilización del condón o compartir vías de consumo de estas sustancias. Esto aumenta inmediatamente el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS), entre otros peligros.

¿Por qué “hablemos de la Tina”?

Una de las sustancias más utilizadas en la práctica del chemsex es la metanfetamina, conocida coloquialmente como “tina”, con un peligroso poder adictivo. Y no, no es casualidad que sea la más utilizada en esta práctica. Los efectos de la tina permanecen casi 12 horas afectando al cerebro poco a poco, lo que la hace muy peligrosa. Existen otras drogas utilizadas en la práctica: cocaína, popper, speed, éxtasis…  Avelino Piedad, actor y referente LGTB+, comenta que aunque la campaña de Cesida hable de la tina, no significa que las anteriores drogas tengan un impacto menos dañino para el cuerpo. 

Avelino explica en uno de los vídeos de la campaña cuáles son los problemas relacionados con esta práctica, y dónde poder encontrar la ayuda necesaria. En la web de la campaña “Chemsex. Hablemos de la Tina” puedes encontrar un mapa de recursos para las personas practicantes de chemsex, como pueden ser: apoyo psicológico, atención online, pruebas de VIH… y todo de manera gratuita, proporcionado por Cesida.

Cómo evitar riesgos si practicas Chemsex

“Practicar slam supone mayores riesgos para la salud mental en comparación con otras vías de administración de drogas”, comenta Fran Alvarado, otro de los protagonistas, que es médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, y fue Mr. Gay Pride España y Mr. Gay World en 2018. En estos videos explica qué hacer en caso de sobredosis y cómo el riesgo de éste aumenta con el slamming (uso de drogas por vías inyectadas).

El tercer protagonista de la campaña, Gabriel J. Martín, escritor de una obra referente en el colectivo gay “Quiérete mucho, maricón”, dedica una serie de consejos para reducir los riesgos en la práctica de chemsex. Cuánto más se limite la duración de las sesiones o el número de veces que se practique, menor será el impacto y más difícil será la aparición de estos efectos no deseados. Se debe programar una serie de descansos y reducir las dosis de droga por sesión. En su vídeo habla además de la mezcla indebida de drogas, o mejor dicho, el policonsumo.

Ser parte de un proceso comunicativo como este, en el que las personas encuentren la ayuda o información necesaria para cuidar de este nuestro colectivo siempre es y será un placer. Una labor que demuestra el trabajo de todo un equipo para ofrecer información de calidad, tal y como es la edición y guión de todos los vídeos de Emma de Martino, y la documentación científica de Ricardo Panigua. Esta campaña ha podido ser posible gracias a la financiación del Plan Nacional sobre Drogas, con el objetivo de informar y concienciar al colectivo LGTB+ sobre los posibles riesgos asociados al chemsex.