Historia del cruising
El escritor mexicano Alex Espinoza cuenta su experiencia haciendo cruising en su nuevo libro: Cruising. Historia íntima de un pasatiempo radical. En este libro el escritor mexicano lleva a los lectores a través de su vida.
Desde su infancia, el autor narra las experiencias de sus hermanos y otros familiares cuando iban a dar vueltas por Colorado Boulevard, en San Gabriel Valley los fines de semana. Poco a poco fue descubriendo los distintos hábitos que iban adaptando para esas ocasiones. “En el cruising no importaba a donde ibas, importaba como ibas, que imagen dabas mientras lo estabas haciendo”, afirma Espinosa.
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En aquel entonces el cruising no era un concepto relacionado con el mundo homosexual, como lo está hoy. Espinosa como muchos homosexuales estuvo en el armario toda su infancia y adolescencia, obligado a vivir en una cultura marcada por la hipermasculinidad y el patriarcado.
En su obra, que se puede considerar un diario, Espinosa se mueve en el arte del sexo entre hombres en lugares públicos sin censura alguna, a través de su propia historia. Empieza con un pedazo de historia, de griegos y romanos, los primeros defendían el concepto de la pederastia entre personas con mucha diferencia de edad. Para el las relaciones del mismo sexo no estaban tan aceptadas como los académicos han afirmado. Sino que había una diferencia de poder importante. Los romanos en cambio, si establecieron claramente practicas modernas del cruising.
De ahí saltamos directamente al Londres del siglo XVIII, donde había ‘molly houses’ (bares gay de la época), donde los hombres se reunían para disfrutar de espectáculos de transformismo, y aprovechar para practicar sexo. Un concepto que ha ido llegando hasta nuestros días.
Pero para el autor (y todas las personas homosexuales), el problema ha radicado en que estos lugares donde se encontraban, han sido fuertemente criminalizados. Condenados al secreto y a la marginalidad. Pero ¿Cuándo cambia el concepto de cruising?, puede que tuviera que ver con el arresto de George Michael en 1998 o el arresto de un senador americano en un aeropuerto en 2007.
Entre sus experiencias personales, Espinosa afirma que su primera experiencia en el cruising fue con 15 años, con un hombre mayor, con el que tuvo su primer encuentro sexual. Con esta obra espera quitar la idea de que el cruising sea algo malo. A él le permitió darse cuenta de su orientación sexual, y su deseo hacia los hombres. “Gracias al cruising encontré un lugar donde podía exhibir control, enfrentarme a mis demonios y mis propias inseguridades”, señala Espinosa.