Hoja de cuna gay de Singapur
El país tardó sólo 50 años en pasar de ser un ajetreado puerto colonial a una reluciente y ultramoderna ciudad-estado que nunca duerme. Hoy en día, Singapur es un crisol de diferentes culturas, creencias y etnias. La población es una maravillosa mezcla de 75% de chinos, 13% de malayos, 10% de indios y una pizca de todos los demás.
Por lo tanto, no es de extrañar que Singapur tenga algunas leyes y costumbres bastante inusuales. Aquí está nuestra hoja de datos interesantes que los viajeros de color rosa por primera vez deben conocer sobre este pequeño y sorprendente país.
1. No masticar.
Extraño, pero cierto. El chicle está prohibido en Singapur. Sólo se permite el chicle con valor terapéutico. El chicle se puede comprar a un médico, pero debe ser recetado.
2. No hay franquicia para los cigarrillos.
Malas noticias para los fumadores. Al entrar en Singapur no hay concesión de franquicia para los cigarrillos y otros productos del tabaco. Hay que pagar impuestos por lo que se trae a Singapur.
3. No fumar.
Singapur está a la cabeza de Asia con su política de espacios libres de humo. No está permitido fumar en las zonas con aire acondicionado, en los restaurantes públicos ni en un radio de cinco metros de todas las entradas de los edificios. Si es usted un marica que fuma, busque las zonas designadas para fumadores.
4. Los singapurenses eligen las colas más largas.
Los singapurenses creen que las colas más largas significan simplemente mejor comida. El ansia por la buena cocina local hace que si sus amigos singapurenses ven una cola larga, es probable que se unan a ella.
5. Es técnicamente ilegal tener sexo gay.
El artículo 377A del Código Penal de Singapur sigue penalizando las relaciones sexuales entre homosexuales. Aunque ya no se aplica, los activistas por los derechos de los homosexuales han intentado que los legisladores deroguen la ley en los últimos años.
6. Singapur tiene su propia lengua: el "Singlish".
El singlish es una lengua única creada por décadas de multiculturalismo. El inglés se mezcla con una pizca de palabras reales e inventadas del mandarín, el malayo, el tamil y los dialectos locales. No se sorprenda demasiado cuando alguien añada un "lah" o "meh" al final de una frase.
7. No dejes caer la basura.
Singapur es un país muy limpio. ¿Por qué? Tirar la basura conlleva una multa de unos 300 dólares para los infractores por primera vez. Si te vuelven a pillar, tendrás que barrer las calles con un chaleco naranja neón que dice "Orden de trabajo correctivo". Estás avisado.