Hombre gay hospitalizado tras un ataque homófobo en Sudáfrica

Un joven gay de 24 años se recupera en el hospital tras ser víctima de un presunto delito de odio en Durban (Sudáfrica).

Advertencia sobre el contenido: Esta historia incluye temas que podrían incomodar a algunos lectores.

Joven de 15 años, hospitalizado tras ataque homófobo

Pareja gay hospitalizada tras un ataque homófobo

Mfundo Ngobese, asistente personal y modelo, fue agredido el 24 de abril cerca del Ayuntamiento cuando, al parecer, tres hombres se acercaron a él y a sus amigos.

Después de que la gente con la que estaba huyera, uno de los miembros del grupo se acercó a Mfundo y se dice que dijo a sus cómplices: "aquí hay otro".

"Intenté huir de ellos, pero uno de ellos me puso la zancadilla", dijo la víctima a Mamba Online. "Caí sobre mi rodilla derecha y desde allí me golpearon en la cara. Empecé a sangrar por la boca y la nariz. También me dieron una patada en la pierna derecha".

Sigue en el hospital con los dientes y la pierna rotos casi una semana después de su calvario y también depende ahora de una bolsa de orina.

Mfundo está seguro de que lo que vivió fue un delito de odio porque no le robaron nada y los agresores hacían comentarios antigay.

"No me asaltaron. Tenía un teléfono conmigo y no me lo quitaron", explicó. "Seguían diciendo que odiaban a los gays. Creo que me castigaron por mi sexualidad".

Las lesiones son tan graves que "necesitaré fisioterapia para poder volver a caminar correctamente" y experimenta "ataques traumáticos cada noche al tener que recordar lo que me pasó".

La legislación sudafricana no define actualmente lo que es un delito de odio, y el proyecto de ley de prevención y lucha contra los delitos de odio y el discurso de odio, que cambiaría esta situación, se enfrenta a una serie de retrasos y audiencias públicas parlamentarias.

Mfundo no ha podido abrir un caso con la policía y declaró que aún no se ha hecho nada sobre el incidente.

"Nunca me he sentido seguro como alguien que es gay debido a los asesinatos y agresiones contra la comunidad LGBTIQ a los que nos enfrentamos todos los días", compartió, explicando la importancia de hablar sobre lo sucedido.

"Como comunidad LGBTIQ, hemos sufrido mucho y cuando abrimos casos no se toman en serio por ser quienes somos. Creo que todos somos iguales.

"Lo único que pido es que no nos traten como a un animal, como si no perteneciéramos a ningún sitio. Somos maricas, no somos pecadores. También somos humanos".