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Invalidan el referéndum anti gay en Rumanía por falta de participación

LA HOMOFOBIA NO INTERESA

Referéndum HOMÓFOBO e INÚTIL en Rumanía contra la homosexualidad.

Los referéndums nunca deberían ser una mala noticia: someter a votación popular una decisión siempre debería ir en favor de la democracia, con excepciones tan claras como las que te hacen elegir entre discriminar a un colectivo o no hacerlo. Ese tipo de referéndums no tienen sentido. De la misma forma que "homófobos" y "no homófobos" no son dos formas válidas de ver la vida, tampoco lo deberían ser en un referéndum.

El gobierno de Rumanía ha pretendido ensuciar la historia de su país con un referéndum celebrado el pasado domingo en el que pedían a la población que eligiera si quería prohibir el nombre de matrimonio gay en el país. Una forma absurda de hacer algo que no tiene ningún sentido y evitar lo que es un hecho, como lo es cada vez en más países y es el matrimonio igualitario. Que todas las personas tengan el derecho a casarse con quien quieran, sin importar el género ni la orientación sexual. Se ha organizado una campaña tremenda en la que han querido dividir más a la sociedad, poniéndoles en la tesitura de tener que elegir si quieren privar de sus derechos a los ciudadanos o en cambio mantienen el concepto de matrimonio gay que está instaurado ya en todo el mundo.

Pues bien, parece que ese tema que tanto obsesiona a los homófobos y católicos más extremistas que es el uso de la palabra "matrimonio" para referirse a todas las personas que se casen, se les ha vuelto en contra. Nada más y nada menos que el 20,41% de los votantes censados han ido a votar. Es importante saber que para que un referéndum tenga sentido, tienen que votar mínimo el 30% de la sociedad, algo que no ha sucedido ni de lejos. Con ello, queda en ridículo el país y un referéndum que no tenía ni pies ni cabeza y del que la inmensa mayoría de la sociedad no ha querido formar parte.

"Ha sido una bofetada en toda la cara para los políticos, pero sobre todo para la Iglesia Ortodoxa, ya que ha quedado totalmente demostrado que no movilizan a la gente como nos temíamos que lo hacían antes. Un éxito y toda una victoria masiva para la Rumanía más progresista".

Este es el mensaje de Razvan-Viktor Sassu, el presidente de una asociación rumana a favor de la juventud y sus libertades. Aunque los extremistas religiosos han querido sacar pecho y presumir de que el voto cristiano existe y se hace oír, es inevitable pensar que es un fracaso absoluto para sus aspiraciones de seguir considerando a los homosexuales ciudadanos de segunda categoría. El tiempo solo está dando la razón a los países que celebran la diversidad, reconocen los errores y los enmiendan luchando por la igualdad de todos sus ciudadanos.

La historia de Rumanía con la homosexualidad tiene una historia de lo más compleja: solo se descriminalizó la homosexualidad en 2001, es decir, hace apenas 17 años, y hoy en día no existe ningún tipo de protección legal para las parejas del mismo sexo. Esto puede parecer algo poco importante, pero es muy grave y le convierte en uno de los poquísimos países de la Unión Europea que no protege a todos sus ciudadanos por igual.

Ahora es el momento de luchar por los derechos de los homosexuales en todo el mundo. Cada país tiene sus leyes y los hay más avanzados que otros, pero la lucha avanza muy positivamente. Seguramente en unos años, los cristianos ortodoxos se van a tener que acostumbrar a convivir con matrimonios homosexuales. De hecho, hoy en día ya lo tienen que hacer y está claro qué voz es la que más importa.

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