La ciencia del microbioma intestinal en el VIH

Es importante tener en cuenta que todas las personas son diferentes, por lo que las recomendaciones generalizadas no son exactamente una garantía para nadie. Además, los alimentos que contienen probióticos no tienen suficientes variedades o cantidades de bacterias beneficiosas para que estos resultados sean una realidad. En pocas palabras, no se puede comer suficiente yogur o beber suficiente kombucha para que los probióticos que contienen sean impactantes.

Elija un suplemento probiótico que tenga al menos 10-12 cepas individuales de bacterias beneficiosas y que tenga un número de probióticos de miles de millones o trillones. Acompaña este suplemento con alimentos ricos en fibra, como la quinoa, la avena, las frutas, las verduras y las judías. La fibra que se encuentra en estos alimentos, y en muchos otros de origen vegetal, sirve como prebiótico para alimentar a los probióticos y permitirles proliferar en el intestino.

A medida que avanza la investigación, sigue ampliándose nuestra comprensión del papel que desempeña la salud intestinal en las personas que viven con el VIH (ya sea detectable o indetectable). Llevar a cabo una ciencia nutricional precisa y fiable es difícil, ya que es complicado controlar la dieta de los sujetos de estudio, pero los datos se van acumulando poco a poco. A medida que sepamos más, seguiremos descubriendo los potenciales aparentemente infinitos de los prebióticos, los probióticos y la salud intestinal óptima.