La digitalización avanza a pasos agigantados entre usuarios de todos los perfiles

La transformación digital es uno de los principales fenómenos que están experimentando nuestras sociedades. Uno de los mejores indicadores de la aceleración de su proceso de implantación es el número creciente de personas que hacen todo tipo de actividades online, participando de un ecosistema que hasta hace poco parecía limitado a los nativos digitales.

En esta línea, hay datos muy reveladores como el número de usuarios que realizan compras por internet, cifrado en España por Ontsi Data en 26,2 millones, habiendo aumentado en 2021 con respecto al año precedente en más de un 7,7%.

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Así, estamos hablando de unos guarismos muy robustos, teniendo en cuenta además que hay un importante segmento de población que por su corta edad no tiene capacidad de compra.

De este modo, vemos como el ecosistema online ya no es algo privativo de las recientes generaciones de nativos digitales, o ni siquiera de los que han crecido con un pie en la cultura analógica y otro en la digital; sino que la transformación provocada por la irrupción de las nuevas tecnologías e internet ha prendido ya entre usuarios de todos los perfiles, incluso en los de más edad.

La importancia de los smartphone en la digitalización masiva

Buena parte de la aceleración del proceso de digitalización puede atribuirse a la universalización del smartphone, al tratarse de un dispositivo que permite realizar en cualquier momento y desde cualquier lugar cosas tan importantes comprar online, hacer gestiones bancarias o trámites en la administración.

Por no hablar de cómo ha cambiado nuestra forma de comunicarnos, o de divertirnos, ya que usuarios de todos los perfiles exploran ahora también nuevas formas de ocio digital como el gambling. De manera que, por ejemplo, ya no resulta trazable un perfil prototípico de quienes juegan a ruletas online en Lowen Play; o se divierten en cualquier otro juego de casino online, en esta u otras plataformas. Al resultar un formato de entretenimiento del que participan indistintamente personas de ambos sexos de todas las edades.

La transformación digital se nota sobre todo en nuestra vida cotidiana

Asistimos, así pues, a un proceso acelerado de transformación digital, que más allá de tener importantes repercusiones económicas, culturales y sociales se deja sentir ante todo en nuestra vida cotidiana. Hace no muchos años nos habrían parecido algo propio de un relato futurista cosas como el teletrabajo, hacer video llamadas, comprar desde un teléfono o poder ver la película que nos apeteciese sin movernos de casa.

Sin embargo, son aspectos que hemos interiorizado con mucha naturalidad, y que ya forman parte de nuestra cotidianidad. Si bien, hay personas que especialmente por edad tienen problemas para adaptarse a esta situación, lo que aboca a un compromiso colectivo para evitar el perjuicio que les supone el cambio de paradigma.

En este sentido, se están revelando como muy útiles iniciativas como 'soy mayor pero no idiota', así como las campañas para fomentar el aprendizaje digital y la realización de gestiones de forma colaborativa.

Con ellas, será mucho más fácil caminar hacia una digitalización plenamente inclusiva, que abarque tanto al ingente número de personas que ya participan del ecosistema online como a aquellas de mayor edad a las que les resulta más difícil adaptarse.

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