La Fiscalía denuncia a un profesor de Valencia por ofrecer terapias para 'curar' la homosexualidad
Un nuevo caso de odio ha sacudido a la comunidad LGTB en Valencia: un profesor de un colegio concertado de Alaquàs está siendo investigado por ofrecer terapias de conversión y pastillas a sus alumnos para "curar" la homosexualidad. Sí, en pleno siglo XXI, todavía enfrentamos situaciones que vulneran los derechos y la dignidad de las personas, especialmente de los jóvenes más vulnerables.
Todo salió a la luz cuando varios estudiantes del colegio Madre Josefa Campos, algunos de apenas 11 años, denunciaron al docente por someterles a estas llamadas terapias de conversión. Estos chicos y chicas, en su etapa escolar, se vieron expuestos a un ambiente que cuestionaba su identidad y trataba de imponer un cambio a través de métodos pseudocientíficos y claramente dañinos. Las denuncias llegaron a la Inspección Educativa y, gracias a su intervención, el caso fue puesto en manos de la Fiscalía.
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La fiscal Susana Gisbert, encargada de delitos de odio en la Fiscalía Provincial de Valencia, ha tomado las riendas del asunto, destacando que estos hechos podrían constituir un delito grave contra los derechos fundamentales y la integridad moral de los estudiantes. El 2 de septiembre se presentó una denuncia formal en el Juzgado de Torrent, solicitando que se investigue a fondo lo sucedido y se tomen las medidas legales necesarias. A medida que avanza el proceso, se espera que el caso permita esclarecer cómo estas prácticas han sido posibles y qué consecuencias legales tendrán.
Por supuesto, las instituciones no han permanecido indiferentes. El profesor ha sido apartado de su puesto en el colegio, aunque también trabajaba en el Centro de Orientación Familiar Mater Misericordiae de Valencia, donde, según algunos testimonios, se realizaban más terapias de conversión. Sin embargo, el centro ha negado haber recibido quejas y ha afirmado que no está oficialmente vinculado a la Diócesis, aunque depende de ella. Aún así, el Arzobispado ha anunciado que investigará si estas prácticas se llevaron a cabo. Además, la Asociación Española contra las Terapias de Conversión ha expresado su firme intención de acudir a la Fiscalía para garantizar que se haga justicia.
Este tipo de casos nos recuerda que la lucha por los derechos LGTB aún no ha terminado, y que la protección de los más jóvenes debe ser siempre una prioridad. Los abusos y las violencias, disfrazadas de "terapias", no tienen lugar en nuestra sociedad, y es fundamental que todos nos unamos para erradicar cualquier tipo de odio.
Al final, lo que está en juego es la libertad de ser quienes somos sin miedo ni coerción. Esperamos que este caso sirva para seguir avanzando hacia una sociedad más justa, donde la diversidad no solo sea aceptada, sino celebrada.
