La homofobia le cuesta a los países 100 billones de dólares
La HOMOFOBIA cuesta a los países 100 BILLONES de dólares al año.
La homofobia es cara. Como titular da mucho juego y puede parecer hasta gracioso, pero la realidad detrás de esta frase es mucho más profunda, en base a los comentarios de un economista que lo ha explicado con todo detalle.
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Según el investigador y economista Erik Lamontagne, la homofobia le cuesta al mundo unos 100 billones de dólares al año, lo que viene a ser un dineral que realmente no sirve para nada positivo ni constructivo.
Comparando los países más homófobos con los menos, los primeros pierden un 1% de PIB porque dedican muchísimos más recursos de los que dicen a "luchar" contra la homosexualidad. Campañas que promueven leyes de odio, las propias leyes y muchísimas más cosas son las que generan un gasto a los constribuyentes, además de no funcionar en su objetivo: la sociedad está mucho más crispada y cree que hay verdaderos problemas mucho más importantes que si una persona lleva un estilo de vida homosexual o no.
También entra en juego el hecho de que un estudio de la London School of Economics llegó a la conclusión de que los hombres homosexuales cobran, de media, menos dinero que los heterosexuales. Esto, aparte de fomentar la no salida del armario (para no cobrar menos), repercute en las personas LGBT que contribuyen menos al PIB del país.
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¿Funcionan las campañas de homofobia?
Otra cosa que nos podríamos preguntar, al margen de lo que cuesta llevar a cabo una campaña para luchar contra la homosexualidad, es la efectividad de las mismas. ¿De verdad creen que el colectivo LGBT va a desaparecer porque se lo pongan un poco más difícil? ¿Cerrarle el baño que le pertenece a una persona transexual va a hacer que esa persona no haga pis nunca más? Es evidente que las campañas de homofobia no funcionan. De hecho, lo que hacen en muchos casos es generar un efecto Streisand que le da más popularidad, más personas influyentes se unen a la lucha y al final termina ganando el sentido común y el respeto a los derechos humanos. Por eso es importante ver que se destina dinero público a fomentar el odio contra un colectivo que no va a irse a ningún sitio.
Ser homófobo es más caro
Muchas veces parece que el único argumento con el que se puede convencer a las personas de algo tiene que ver con el dinero. Si a alguien supuestamente homófobo le decimos que todas esas leyes contra los gays le cuestan más dinero que dejarles vivir tranquilamente como cualquier otro ciudadano, quizás se sorprenderían y se lo tomarían de otra forma, preferirían que su dinero se invirtiera en proyectos innovadores, sociales, que al final resulten en un verdadero beneficio para la sociedad y no simplemente en una broma de mal gusto que lo único que hace es hacer la vida imposible a un colectivo e instigar el odio en el resto.