La importancia de acudir a terapia psicológica LGTBI

Hace más de 25 años que la diversidad sexual y de género no se considera un problema de salud mental (ya era hora). Ser gay o lesbiana no es ningún trastorno! Sin embargo, a pesar de estos avances, el colectivo LGBT sigue siendo objeto de odio, discriminación y agresiones en la actualidad.

Gracias a la lucha contra el estigma social al que está sometido el colectivo, las terapias psicológicas obsoletas que pretendían “curar la enfermedad de ser gay” desaparecieron, las llamadas “terapias de conversión”.

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Los resultados fueron claros: ese tipo de terapias para dejar de ser gay o lesbiana no funcionan y nunca funcionaron porque hay cosas que no se pueden cambiar...

Ese estigma social, mencionado antes, normalmente es lo que genera los problemas psicológicos por los que acuden a terapia LGTBI. Esto no quiere decir que una persona LGTBI deba ir a un psicólogo experto, sin embargo, ser del colectivo y tener un problema relacionado con el mismo sí hace que sea recomendable acudir a un profesional especializado.

Para ello, hemos tenido el placer de conocer a Bárbara Zapico, psicóloga LGTBI:

“Creo fielmente en el potencial del ser humano y en su capacidad para alcanzar los objetivos que se ha propuesto, y aceptar que aceptarse uno mismo tal y como es, resulta más “sencillo”, en vez de intentar alcanzar un ideal que solo le produce sufrimiento”

En este espacio trabajan de forma individual, en terapias de pareja o incluso familiar, bajo el objetivo de que la persona asuma su identidad  y orientación sexual  (terapia afirmativa). Sentirse libre de ser como queremos ser y mostrarlo al margen de lo que “ los demás puedan pensar”. 

Una de las áreas con mayor atención se encuentra en nuestra cotidianidad, en nuestra casa rodeado de nuestra familia. Esto mayoritariamente ocurre porque las generaciones más jóvenes salen antes del armario que las viejas generaciones. En cuanto a los problemas y miedos respecto a la salida del armario, la mayoría lo califica como un proceso negativo. Las razones que justifican este modo de percibirlo se deben a la soledad o las tensiones familiares, estando esta última relacionada con la época en la que los jóvenes deciden salir del armario, ya que cuando suelen hacerlo es cuando se encuentran en el instituto y, por tanto, la familia supone uno de los principales puntos de apoyo para ellos. Otros miedos también son la violencia, la discriminación en el trabajo, las actitudes sociales… 

En cuanto a las terapias conjuntas familiares, muchas veces dependerá de la definición del concepto “familia”. Normalmente, entendemos familia como un grupo de personas que tiene relaciones de parentesco y convivencia, es decir, padres e hijos que viven en una misma casa.

Esto no siempre es así, ya que las personas que deciden ser padres mediante la adopción ya sea por tratarse de una pareja homosexual u otros, desgraciadamente, suele tener menor aceptación social de ser una “familia”.

¿Cuáles son las áreas sobre las que se trabaja?

Las personas que pertenecen al colectivo pueden enfrentarse a situaciones diferentes al resto de personas. Por ello, requieren una atención más específica y especializada.

Las áreas específicas sobre las que se trabaja son las siguientes:

• Apoyo en el proceso de autoaceptación.

• Superación de la homofobia interiorizada y la ansiedad asociada.

• Tratamiento del trauma debido a la LGTBfobia.

• Intervención y tratamiento del Bullying homofóbico.

• Intervención psicológica y acompañamiento a familias con dificultades en la aceptación sexoafectiva de sus hijos.

• Asesoramiento y acompañamiento familiar/individual en el proceso de aceptación de la transexualidad de los hijes.

• Psicoterapia y acompañamiento psicológico a familias homoparentales.

• Intervención en violencia intragénero.

• Intervención psicológica ante problemáticas de pareja.

• Problemáticas sexuales más habituales en mujeres lesbianas y bisexuales.

Como resultado, debemos aprender a amar libremente, vivir FELICES y luchar a tiempo para que las futuras generaciones nazcan sin ese miedo a la discriminación.