La NBA es conocida por tener una política de tolerancia cero con respecto al lenguaje homofóbico, racista, misógino o cualquier otro tipo de intolerancia por parte de los jugadores o miembros internos.
Varios jugadores importantes de la NBA han sido multados con miles de dólares en el pasado por lenguaje homofóbico, incluyendo el caso de Kevin Durant que fue multado con 50.000 dólares (alrededor de 44.000 libras) por una serie de mensajes viles e insultantes hacia el actor Michael Rapaport.
El primer jugador gay en activo de la NBA, Jason Collins, jugó en los Timberwolves en 2008 y 2009 antes de salir del armario en 2013.
Desde Collins, ningún otro jugador de la NBA ha salido del armario, lo que Collins atribuye al "miedo a dar un paso adelante".
En una entrevista concedida a Out Sports dijo: "Existe ese miedo a dar un paso adelante.
"Creo que depende del resto de nosotros intentar crear un entorno en el que los atletas que no se atreven a dar un paso adelante sepan que serán apoyados y defendidos, y que podrán seguir practicando el deporte, seguir evolucionando y no sentir que tienen que ocultar quiénes son.
"Espero que puedan mirar mi historia, que puedan mirar la historia de Robbie Rodgers, Sue Bird, Diana Taurasi, cualquier historia que esté ahí fuera que pueda inspirarte a vivir tu vida auténtica.