La Semana Santa de Sevilla, la fiesta tradicional española mejor valorada por la comunidad gay y con mayor potencial de crecimiento inmediato.
Los participantes de esta encuesta resaltan, sobre todo, su valor estético, su potencial y su falta de explotación actual dentro del colectivo.
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Entre sus muchas virtudes, España puede presumir de tener algunas de las fiestas tradicionales más icónicas de todo el planeta, los San Fermines, la Semana Santa o las Fallas han aparecido en centenares de películas de Hollywood, representando siempre el singular carácter español y su forma de entender la vida. Con un turismo gay cada vez más relevante (el gasto medio de un turista gay es más de un 30% superior al del turista general) es casi obligado preguntarse cuál de todas estas fiestas tradicionales es en estos momentos la mejor valorada por el turista LGBT.
En un sondeo realizado por el medio gay Cromosomax.com (líder certificado en todo el planeta hispanoparlante) a sus lectores con la pregunta "¿Cuál es la fiesta española tradicional con mayor potencial para la comunidad gay?", los participantes podían elegir entre las 6 fiestas nacionales más tradicionales y con mayor afluencia de público, tanto nacional como internacional. Dándoles, además, la posibilidad de justificar sus respuestas por privado.
Mientras fiestas como Las Fallas de Valencia o El Carnaval de Gran Canaría son celebraciones muy asentadas en este sector de población y con una amplia oferta dedicada, la elección de la Semana Santa de Sevilla podría resultar en un primer momento una elección sorprendente, pero dada la naturaleza de la pregunta, se antoja lógica, al ser una fiesta con enorme potencial que aún no ha sabido o ha querido seducir a un sector turístico tan importante como el turismo gay.
Entre las respuestas de los usuarios, destacan los siguientes aspectos positivos de la fiesta:
- Su valor estético.
- Su capacidad emocional.
- El marco singular de Sevilla en Primavera.
- La gastronomía de la capital.
- El potencial por explotar.
Tras la misma, las mencionadas fiestas grandes de Valencia y Gran Canaria, quedándose más descolgadas otras fiestas como San Fermín de Pamplona, la Feria de Abril y San Isidro de Madrid de aparentemente menor atractivo actual para el colectivo gay.
Un encuentro entre la celebración más tradicional de todas y una de las comunidades más vanguardistas que solo podía darse en España y que, de gestionarse de manera correcta, podría abrir nuevas vías de explotación turística para una ciudad tan afectada por la crisis como la capital de Andalucía. Lo que no deja de ser siempre una noticia positiva.
El turismo gay mira a Sevilla a la espera de que ésta le devuelva la mirada, como diría Miguel Bosé.