Las parejas poliamorosas son más fieles y estables que las tradicionales.
Una encuesta realizada entre 28.000 personas de diferentes edades, géneros, nacionalidades y orientación sexual realizada por el portal gay Cromosomax.com en colaboración con un conocido instituto de investigación, ha arrojado datos reveladores sobre ciertos efectos colaterales de las parejas compuestas por personas poliamorosas. Como, por ejemplo, que al estar abiertos a otras relaciones sexuales y/o afectivas dentro de su pareja, estos encuestados valoran más la estabilidad y fidelidad en sus relaciones.
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El término poliamor (tener más de una relación de manera simultánea con varias personas) en apenas un par de años ha pasado de ser un gran desconocido para la población general (independientemente de su sexualidad) a ser la gran alternativa oficial a la pareja tradicional. Personajes tan célebres para diferentes generaciones como Manuela Carmena, Miley Cyrus, Tilda Swinton o Susan Sarandon han reconocido públicamente su naturaleza poliamorosa. Y cada día, el número de parejas que apuestan por esta opción sexual y/o sentimental crece de manera pública.
La búsqueda de la palabra 'poliamor' en Google ya supera el millón de resultados, hay casi 1000 libros sobre el tema en Amazon, películas tan populares como 'Vicky Cristina Barcelona' o 'Love' y una docena de apps sobre tríos o intercambios para parejas estables en la Apple Store. Unos números que no dejan lugar a dudas de que estamos entrando en una era sentimental diferente a la que conocieron la mayoría de nuestros padres. Si bien siempre conviene distinguir entre poliamor y polisexualidad, que puede o no ser lo mismo según cada persona, en función del deseo de meter sentimientos dentro del juego.
La psicóloga especialista en mujer y sexualidad Macarena Sánchez lo ve como una consecuencia lógica del cambio del papel de la mujer en la relación:
"Durante muchos años ha llegado incluso a ser aceptable que el hombre fuese infiel a la mujer o que visitase locales de prostitución en determinadas ocasiones, ya fuese solo o en compañía, al fin y al cabo, él lideraba económicamente la familia y la mujer era relegada a un conformista segundo plano. Ahora, la pareja (independientemente de que sea hombre-mujer, hombre-hombre o mujer-mujer), se entiende como algo más equilibrado, más como un juego de equipo sin líderes. Algo que también se ve reflejado en las aventuras sexuales, en las que ambos disfrutan más si pueden compartir esa experiencia con su compañer@, que si lo hiciesen por su cuenta. Una actitud que invita a la pareja a la posibilidad de hacer tríos, intercambios de pareja o cualquier otra experiencia, pero siempre con el consentimiento de ambos y entendiéndola como una actividad mutua y compartida, como puede ser, por ejemplo, irse a un spa juntos."
No es de extrañar, por tanto, que ya haya uniones legales de "tríos amorosos estables" en países como Brasil. Dado que la ley, como la sociedad general, debe siempre adaptarse a nuevos formas de entender el amor y las relaciones humanas. Al fin y al cabo, hablamos de una corrienta nacida en los años 60 y 70, solo que es ahora cuando está saltando a la opinión pública como una opción real y tan respetable como cualquier otra.
A las personas encuestadas se les preguntó si alguna vez habían sido infieles a su pareja, si se plantearían serlo alguna vez en situaciones determinadas y si ello conllevaría el final de su relación actual. Entre aquellas personas definidas como poliamorosas o polisexuales, el deseo de tener infidelidad se reduce a apenas un 14%, las que se definen como gays o lesbianas (no poliamorosos) aumentan a un 39% (con una enorme diferencia en este caso entre hombres y mujeres), mientras que en los heterosexuales (no poliamorosos) el porcentaje se establece en un 36% (con porcentajes similares entre hombres y mujeres).
Por lo que podríamos estar hablando de un concepto diferente de relación más que una opción sexual o sentimental.
El poliamor y/o la polisexualidad están cada día más presente en nuestra sociedad y, en contra de lo que pudiera parecer a priori, sus consecuencias no deriven en una destrucción de la familia o estabilidad sentimental, sino todo lo contrario, que en una época de constante bombardeo de sugerentes estímulos por parte de cualquier medio (cine, música, TV, publicidad...), una vía de experimentación conjunta se esté abriendo en el seno de la pareja tradicional y aporte cierta estabilidad y fidelidad que, en vista de la desmesurada tasa de divorcios, se venía echando en falta.