En los hospitales, y en uno de Madrid de la red pública de salud, sentí ser enjuiciado por el servicio de enfermedades infecciosas. Se rompió el condón manteniendo relaciones sexuales y, por precaución, tomé la medicación para prevenir el contagio del vih. La doctora -latinoamericana- me invadió a preguntas sobre si las relaciones eran con otro hombre o un transgender, qué hicimos en la cama, si tomaba drogas, si la otra persona era sudamericana, cuántas parejas había tenido en el último año (puedes hacer sexo con 500 tíos sanos y no pasa nada, o tener sexo con un solo tío con vih no indetectable y a la primera te contagia) - y parecía racista y todo pues comentó que los sudamericanos tienen más vih que el resto (me dejó a cuadros tanto racismo siendo ella también latina). Y la actitud demoledora, comparando las relaciones entre dos hombres con las hetero - nada de utilidad conociendo que fue en una relación homo -, afirmando que es más sano las relaciones entre personas de distinto sexo y condenando las relaciones homoeróticas. No tiene ningún sentido la batería de preguntas, cuando ya se informa por parte del paciente el hecho de haber mantenido contacto directo con fluidos de la otra persona y desconocer su estado serológico. Manifestar que te has acostado con alguien de quien no sabes su estado serológico y que se te ha corrido dentro debe ser suficiente para la post-exposición al vih... Bueno, en resumen, el virus no entiende de si eres LGTBIQA+ o hetero, por lo que sobran muchas preguntas que invaden el derecho a reservar la intimidad sexual.
1 Comentarios
Gallardito
Dic. 15, 2022, 12:02 a.m.
En los hospitales, y en uno de Madrid de la red pública de salud, sentí ser enjuiciado por el servicio de enfermedades infecciosas. Se rompió el condón manteniendo relaciones sexuales y, por precaución, tomé la medicación para prevenir el contagio del vih. La doctora -latinoamericana- me invadió a preguntas sobre si las relaciones eran con otro hombre o un transgender, qué hicimos en la cama, si tomaba drogas, si la otra persona era sudamericana, cuántas parejas había tenido en el último año (puedes hacer sexo con 500 tíos sanos y no pasa nada, o tener sexo con un solo tío con vih no indetectable y a la primera te contagia) - y parecía racista y todo pues comentó que los sudamericanos tienen más vih que el resto (me dejó a cuadros tanto racismo siendo ella también latina). Y la actitud demoledora, comparando las relaciones entre dos hombres con las hetero - nada de utilidad conociendo que fue en una relación homo -, afirmando que es más sano las relaciones entre personas de distinto sexo y condenando las relaciones homoeróticas. No tiene ningún sentido la batería de preguntas, cuando ya se informa por parte del paciente el hecho de haber mantenido contacto directo con fluidos de la otra persona y desconocer su estado serológico. Manifestar que te has acostado con alguien de quien no sabes su estado serológico y que se te ha corrido dentro debe ser suficiente para la post-exposición al vih... Bueno, en resumen, el virus no entiende de si eres LGTBIQA+ o hetero, por lo que sobran muchas preguntas que invaden el derecho a reservar la intimidad sexual.