Los millennials gay prefieren la monogamia, según un estudio
La MONOGAMIA es lo que más les gusta a los MILLENNIALS GAYS.
Parece que los estudios a veces nos dan sorpresas y nos encontramos con datos que no esperábamos descubrir. Un reciente estudio centrado en la monogamia ha confirmado que los millennials están más interesados de lo que creíamos en las relaciones monógamas.
Un estudio afirma que los jóvenes gays prefieren hombres calvos o rapados
Un estudio concluye que el poliamor te hará más feliz que la monogamia
Muchos pueden creer que como vivimos en un mundo cada vez más libre, en el que las diferentes orientaciones sexuales y realidades son cada vez más libres, el libertinaje estará a la orden del día y todo el mundo se acostará con todo el mundo como si esto fuera Sodoma y Gomorra (ya les gustaría a muchos homófobos). Pues bien, la realidad es bien distinta.
Los investigadores entrevistaron a 832 hombres homosexuales entre 18 y 39 años para preguntarles sobre sus hábitos a nivel de relaciones de pareja. Lo curioso del tema es que los propios investigadores, Lanz Lowen y Blake Spears, son pareja desde hace 40 años, pero esta relación no es monógama desde hace 36, es decir, prácticamente la totalidad. Esto les da un punto de vista más personal y real que nunca.
Pues vayamos a los números: 632 se confesaron monógamos, 152 como "más o menos monógamo" y solo 48 reconocieron ser no-monógamos. Recordemos que la monogamia no quiere decir que tu te acuestes con quién quieras, sino que tiene que ser algo consentido con la pareja y que se viva de una forma normal y natural. Por lo tanto, es importante darnos cuenta que al final, por mucho que pase el tiempo y lleguen nuevas generaciones, la libertad sexual esté cada vez mejor vista, al final la gran mayoría de personas quiere encontrar una pareja con la que pasar el resto de su vida.
De hecho, en otra parte de la encuesta el 58% de los entrevistados reconocen que la monogamia va de la mano del matrimonio, y aunque a veces el concepto de poliamor sea confuso, creen que deberían incluirse en los matrimonios. Sin duda, para eso aún queda mucho, pero es importante ver la tendencia, que al final no es tan distinta a la de hace unas cuanta décadas.