Madonna obliga a los voluntarios del Festival de Toronto a mirar a la pared
Madonna debe haber pensado que lo de las hortensias la hacía parecer divertida y ha querido recordarnos a todos que es mala, pero mala, mala, y los que lo han sufrido han sido los pobres voluntarios del TIFF, el Toronto International Film Festival.
La última escenita protagonizada por la Reina del Pop y madre de Rocco Ritchie, entre muchos otros niños más, ha sido la de pedir específicamente que cuando ella pase cerca de los voluntarios del Toronto International Film Festival, que se distinguen por ir con una camiseta naranja, éstos vuelvan sus cabezas contra la pared, como si fuera el plano final de 'The Blair Witch Project'. Nos la imaginamos como si fuera un agente de policía en Guantánamo, obligando a sus prisioneros a evitar todo contacto visual a su paso.
Lo curioso es que hay rumores de todo lo contrario, que la propia Madonna se dirigió a esos voluntarios para agradecerles todo el trabajo hecho, pero conociendo como conocemos a la compositora de "Spanish Lesson", nos creemos mucho más la versión de que es una mala pécora con la que no se puede hacer eye-contact. Madonna no es ni será una mujer cercana y, en el fondo, tampoco queremos que lo sea.