Mi familia me rechazó por ser gay, así que la Navidad es una época solitaria
Soy un hombre gay de 62 años y paso todas las Navidades solo; lo he hecho desde que me fui de casa a los 17 años. Es más fácil. Sigo en contacto con la familia, pero no puedo ser yo mismo con ellos. Soy miembro activo de un club gay de actividades al aire libre, y voy a escalar montañas, acampar en la naturaleza, hacer piragüismo, etc. Celebramos nuestro evento navideño anual a principios de diciembre. Esto es familia para mí ahora y espero con impaciencia nuestro evento de año nuevo, que suele ser en las Highlands, ya que me ayuda a superarlo.
Los preparativos de la Navidad pueden seguir siendo duros, al contemplar la felicidad de los demás. Sé que no es así para todo el mundo, pero es el corazón el que habla en esta época del año, no la cabeza.
He encontrado a mi padre en Grindr después de que me rechazara por ser gay
¿Debería pasar la Navidad con mi familia homófoba?
Vengo de una familia irlandesa muy numerosa y las Navidades eran maravillosas, hasta que mi padre y el colegio me rechazaron. Los demás no sabían qué hacer porque era un tabú. He perdonado a mi familia, he perdonado a mi difunto padre; incluso fui un buen hijo para él en sus últimos años y estuve allí cuando murió.
Eran productos de su tiempo y, en todo caso, conservo mi rabia por los sistemas de ideas opresivos, como la iglesia y las escuelas, que no sólo me robaron una vida plena, sino que también impidieron a mi familia acercarse a mí por miedo a que fuera incorrecto o pecaminoso. Al final acabas interiorizando esta represión y se convierte en un rechazo inconsciente. Recuerdo que era una niña/adolescente muy cariñosa y táctil, y recuerdo que algunos miembros de mi familia me empujaban cuando intentaba abrazarme o besarme, incluso mi madre. Tardé años en darme cuenta de que no era yo quien había hecho algo mal. Durante mucho tiempo pensé que sí, y eso afectó a todas las demás partes de mi ser.
Estos días reconozco la acumulación gradual de miedo y normalmente estoy bien una vez que toco fondo. El sábado pasado me dejé llevar por mis sentimientos y sollocé durante un día entero, pero luego me recuperé, seguí adelante con mi semana y participé en las celebraciones del trabajo.
La noticia de que Escocia reconoce los derechos de los transexuales es un avance y contribuirá a autentificar la vida de las personas. Del mismo modo, los avances para los miembros más jóvenes de la comunidad LGBT+ también son gratificantes.
Soy la orgullosa abuela de un precioso, inteligente e ingenioso niño de cinco años. Todo el mundo que le conoce le adora al instante. Viste ropa femenina con un increíble sentido del estilo. Lleva la versión femenina del uniforme de la escuela primaria, pero no le gusta su simple monotonía.
Es el menor de los cinco hijos de mi hija y la familia acepta su preferencia y simplemente le deja ser. Mi hija no insiste en la cuestión de su género a su corta edad y se contenta con ver qué camino toma por sí mismo, al tiempo que se asegura de que reciba la mejor información y el mejor apoyo. Me rompe el corazón pensar que alguien como mi nieto, a cualquier edad, sea rechazado por su familia o forzado a seguir una "norma social aceptada" de acuerdo con los estirados y estrechos de miras. Pero tengo esperanzas en el futuro y me anima la actitud abierta de la escuela primaria de mi nieto, que le acepta y le apoya. Cuando crezca, espero que las actitudes imperantes no lo consideren diferente o peculiar.
