Paul Mescal se sincera sobre su "caída" sobre Andrew Scott en "All of Us Strangers"
Paul Mescal nos desvela cuál cree que fue el momento más "ilícito" de All of Us Strangers, y la respuesta podría sorprenderte.
Mescal, Andrew Scott y el cineasta Andrew Haigh han estado muy ocupados promocionando la película, que sigue a Adam (Scott) cuando inicia una relación con una vecina más joven (Mescal) mientras se enfrenta a la rareza de descubrir a sus padres, fallecidos hace tiempo, en la casa de su infancia como si siguieran teniendo la misma edad que cuando murieron.
Se trata de una exploración surrealista del duelo y la soledad de crecer siendo marica en los años ochenta, temas que el equipo creativo trató ampliamente en una reciente entrevista con Dazed.
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Uno de los puntos interesantes que Mescal abordó durante la conversación fue que la intimidad de los momentos que siguen a las escenas de sexo puede ser mucho más difícil de interpretar como actor, algo que sin duda es especialmente cierto cuando esos momentos son tan fundamentales para el tema.
"Ambos están habitando un lenguaje físico: la sensación de estar tumbado en la cama y hablar con alguien a quien amas después de haber mantenido relaciones sexuales", explica. "La ternura que requiere la calidad del tacto es algo que no se puede bloquear ni escribir. No es que vayas a tocarle la mano así en este momento concreto. Simplemente no funciona así".
Mescal también habló de una escena de sexo oral entre su personaje, Harry, y Adam, y de cómo, una vez más, no fue el acto sexual en sí lo que acabó tocándole la fibra sensible cuando vio la película final.
"Cuando la vi por primera vez entre el público, le pregunté a Andrew si se acordaba de mí [mirándole así]", dijo. "El momento más ilícito no es en realidad el sexo, sino mis ojos mirando a Andrew cuando estoy a punto de chupársela".
Teniendo en cuenta que estamos asistiendo a un declive de las escenas de sexo en las películas -y que la Generación Z aparentemente quiere ver aún menos-, escuchar a los actores hablar de por qué esos momentos íntimos (y los momentos intrínsecamente ligados tanto antes como después de ellos) son importantes es refrescante, y esperemos que haga reflexionar también a algunos detractores.