Pena de muerte por torturar y matar a un niño de 8 años "por parecer gay"
Pena de muerte por torturar y matar a un niño de 8 años "por parecer gay".
Los casos de homofobia en Estados Unidos no son precisamente pocos, pero a veces sale alguno a la luz que te pone los pelos de punta y te hace preguntarte muchas cosas sobre la sociedad en la que vivimos.
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En 2013 Pearl Fernández, una mujer de 34 años, asesinó junto a su novio Isauro Aguirre, a su hijo de 8 años. ¿El motivo? "Parecer" homosexual. El niño murió tras meses de tortura en los que estuvo encerrado en casa y golpeado repetidamente, atado, cerrado en un cuarto, siendo blanco de disparos de una pistola de balines y hasta lo noquearon con un bate de beisbol. En el cadáver encontraron quemaduras, costillas rotas y el cráneo totalmente fracturado.
Los hermanos del niño asesinado completaron la historia, asegurando que le castigaban por ser gay, le obligaban a vestir ropa de niña y le pegaban si le veían jugar con muñecas.
Fue en 2013, tras una de las grandes palizas, que se encontraron con que el niño dejó de respirar. Entonces llamaron a los servicios de emergencias asegurando que el niño se había caído y golpeado con un armario. Dos días después murió por todas las otras torturas y en la investigación es cuando se descubrió que lo habían torturado y asesinado.
Esta semana ha salido a la luz la sentencia y no ha tenido piedad: cadena perpetua para la madre y pena de muerte para el novio de la madre, que además no era el padre biológico del niño. Este es uno de esos momentos en los que no entendemos por qué la madre, incluso más responsable que el padre, tiene una condena más suave. Su responsabilidad al traer al niño al mundo es protegerlo, pero está claro que va a pasar el resto de su vida pagando por este horrible crimen homófobo.