Qué es el cruising gay y todos sus secretos
CRUISING GAY: todo lo que necesitas saber.
Seguro que hace mucho que empezaste a oír hablar del cruising. Puede que te suene más o menos, que tengas incluso conocidos que lo practiquen, pero sea como sea, seguro que tienes dudas sobre esta práctica que siempre se vive en la oscuridad y que a veces puedes pensar que no es legal o que es un delito.
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Pues no, el cruising no es ningún delito, siempre que se lleve a cabo lejos de menores y personas con minusvalías psíquicas.
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El cruising se basa en el morbo más absoluto, en salir a un espacio al aire libre y encontrar hombres como tú que buscan sexo divertido sin complicaciones con otros hombres que quieren pasárselo bien.
Pero claro, todo tiene sus pros y sus contras, y empecemos por lo malo: tienes que vigilar muchos aspectos. Por un lado, los más básicos: pueden robarte. Es decir, que no vayas a zonas de cruising, que son oscuras y con mucha gente desconocida, con cosas de valor, y las que tengas, no las dejes desatendidas. No hay nada peor que escaparse a la montaña y que te roben todo lo que llevas contigo.
Por otro lado está la precaución a nivel sexual. Entendemos que el morbo de encontrarte a alguien puede ser menos real si te tienes que poner condón, pero es imprescindible protegerte en estas situaciones. Nadie quiere ser contagiado ni contagiar una ETS, y piensa que en una zona de cruising es mucho más posible encontrarte con enfermedades de este tipo. Además de la protección, ten en cuenta la limpieza: tirar papeles, pañuelos de papel o plásticos es una guarrada, y salir a pasar una noche de morbo no tiene que ir reñida con cuidar el medio ambiente. No seamos guarros más que para practicar sexo.
Dicho todo esto, queda lo mejor: entrar y disfrutar. Busca con la mirada, liga con los que más te gusten y a lo que más gusten y disfruta del cruising en su máximo esplendor. La parte de hacerlo en un sitio que no es el habitual, con gente a la que no sueles ver, es lo que añade ese punto de morbo y diversión que muchos ven. Eso sí, recuerda acceder a sitios que no sean peligrosos. Muchas veces hay casas en ruinas o espacios abandonados que pueden ser un peligro para las personas, y más si estáis desnudos.
En definitiva, que disfrutes del cruising siempre con cabeza: busca las zonas más conocidas de tu ciudad y seguro que te sorprenden.