Sabrina Carpenter responde divertidamente a la polémica del vídeo de "Feather"

Sabrina Carpenter ha roto finalmente su silencio sobre la controversia que rodea al vídeo musical de su exitoso single "Feather" - y no era nada menos que icónico.

La ex alumna de Disney Channel saltó a los titulares este mes tras la publicación de su vídeo musical, rodado de forma bastante polémica en el interior de la Iglesia de la Anunciación de la Santísima Virgen María en Brooklyn, Nueva York.

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El obispo local, Robert Brennan, no sólo declaró públicamente que estaba "horrorizado" de que se utilizara la iglesia para rodar el vídeo musical, sino que esta misma semana se ha anunciado que el sacerdote que aprobó el rodaje ha sido "relevado" de sus funciones.

Ahora, un mes después de la publicación del videoclip, Sabrina Carpenter ha comentado la polémica.

En una nueva entrevista, la estrella del pop no sólo señaló que su equipo había recibido permiso para rodar allí, sino que, de paso, soltó una disparatada frase.

"Obtuvimos la aprobación por adelantado", dijo a la publicación antes de añadir: "y Jesús era carpintero".

Mientras que a muchos probablemente no les hizo gracia ese comentario, los fans de Sabrina Carpenter se lo tragaron, coincidiendo en que toda esta controversia ha consolidado su estatus de chica pop.

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"Puede que sea la celebridad emergente más importante que tenemos", escribió un fan.

"¡¡¡Cómo no vas a decir madre!!!", despotricó un segundo.

"Oh, se comió con esta respuesta. La actitud pop girly ha vuelto", comentó un tercero.

En el vídeo musical de "Feather", una canción que habla de sentirse "ligera como una pluma" después de terminar con alguien que te agobiaba, se ve a varios hombres sórdidos que mueren después de molestar a Carpenter con sus espeluznantes insinuaciones.

A veces parecen accidentales (tres chicos aplastados por un camión tras seguir a Carpenter por la calle), mientras que otras son directamente homicidios (un pervertido muere aplastado después de que Carpenter le sujete la corbata al cerrarse las puertas de un ascensor).

Al final del vídeo, vemos a Sabrina vestida de punta en blanco con un vestido de tul negro y un velo a juego, bailando y posando en los funerales de estos chicos.

En esa escena, rodada en el interior de la iglesia de Brooklyn, Carpenter canta su canción delante del altar, adornado con ataúdes de colores pastel, urnas deslumbrantes y una luz de neón en forma de crucifijo.

Tras la difusión del vídeo, el obispo Robert Brennan declaró a la Agencia Católica de Noticias que se sintió "horrorizado" al ver para qué se había utilizado la iglesia.

"La parroquia no siguió la política diocesana sobre el rodaje en la propiedad de la iglesia, que incluye una revisión de las escenas y el guión", dijo a la publicación.

Luego, a principios de esta semana, Monseñor Jamie J. Gigantiello emitió una disculpa por permitir que la filmación se llevara a cabo, insistiendo en que él "no era consciente de que algo provocativo estaba ocurriendo en la iglesia."