Sado-maso gay, ¿cómo funciona exactamente?
¿Eres nuevo en el mundo del SADOMASO GAY o tienes curiosidad? Esto es todo lo que tienes que saber.
Sado-maso gay, ¿cómo funciona exactamente? Si te estás haciendo esta pregunta es que aún tienes mucho por descubrir sobre la sexualidad y determinadas prácticas que son mucho más comunes de lo que podrías llegar a pensar. Sadomaso gay, BDSM gay... hablemos en primer lugar de definiciones, empezando por la teoría. ¿Es distinto el sadomaso del BDSM? Más o menos, pero deberíamos utilizar mejor el lenguaje. BDSM son las siglas que engloban Bondage, Disciplina / Dominación, Sumisión / Sadismo y Masoquismo, las mal llamadas "sexualidades alternativas" que a veces resumimos en sado, sadomaso o sadomasoquismo. Pero sadomaso no es igual a BDSM, ya que el sadomasoquismo es una palabra que en psiquiatría se usa también para definir enfermedades mentales, y aquí estamos hablando de prácticas eróticas, no de sadismo, de crímenes o de prácticas en las que no se cuenta con el consenso de todas las partes. Esto hay que aclararlo siempre, como cuando hablamos de cómo es ser sumiso gay y cómo es ser dominante gay: siempre hay que consentir y se suele utilizar una "safe word" o palabra de seguridad para detener la práctica si así una de las partes lo requiere.
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El término genérico sadomasoquismo define relaciones en las que la base la forman el dolor y el placer. El sadismo gay es la práctica activa, la que realizan gays que sienten placer sexual al hacer daño físico o castigar a otro. El masoquismo gay es la práctica pasiva, es decir, la de aquellos gays que sienten placer sexua al sufrir dolor. Te guste o no el sadomaso gay a priori, numerosas investigaciones científicas han determinados que en todas las personas coexisten estas dos tendencias, sea en mayor o menor grado. ¿Te gusta sentir o hacer sentir dolor? También hay que señalar que te puedes gustar el sadomaso gay y sentir dolor pero no por ello ser sumiso, aunque lo más frecuente es que ambas cosas se combinen.
A diferencia del sexo gay convencional, una sesión de sadomaso gay requiere un poco más preparación que una ducha y limpiar ciertas partes del cuerpo, ya que necesitarás ciertos artilugios, objetos, juguetes y un espacio para utilizarlos. El juego del sadomaso gay consiste en hacer sufrir al otro, pero es un sufrimiento que aporta placer a ambas partes y que parte del consenso. Si quieres probar el sadomaso gay te recomendamos que lo hagas con una persona de confianza o con alguien experimentado en la materia que te guíe por todos los recovecos de este fascinante mundo. Al fin y al cabo si vas a estar desnudo, atado, amordazado y a la merced de otra persona, qué menos que esa otra persona te de un mínimo de seguridad para dejarte llevar.
Hay que empezar definiendo límites: ¿qué es lo que no quieres hacer bajo ningún concepto? Exponedlo claramente y hablad sin tapujos de todo tipo de prácticas. Se suele hablar de sadomaso gay con las siglas SSC, que son seguro, sano y consensuado. Por otra parte, la humillación en el sadomaso gay no debe entenderse como una falta de respeto, o el infligir dolor como un maltrato, sino como parte de un juego en el que te están haciendo lo que en el fondo quieres. Si no es así, palabra de seguridad. En este mundo hay respeto y no es no, pero repetimos de nuevo que es necesario que exista cierto nivel de confianza.
En una sesión de sadomaso gay se establecen unas reglas. Por ejemplo, que no se pueda hablar directamente (salvo para decir la palabra de seguridad), no mirar a los ojos o sí, esperar de rodillas, obedecer bajo castigo de que te saquen a la calle atado y desnudo. ¿Estás dispuesto a probar o a repetir?
1 Comentarios
Jose
Dic. 10, 2022, 8:41 p.m.
Que estoy de acuerdo, es lo que busco