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Tipos de bullying en la comunidad gay

BULLYING LGBT

¿Qué tipos de BULLYING existen en la comunidad GAY?

El bullying o acoso es una palabra que lamentablemente tenemos muy en mente en muchos ámbitos de la vida. En un principio siempre pensamos en los niños y el acoso que sufren en la escuela, pero lamentablemente, el bullying traspasa esos ámbitos y acaba llegando a muchos más espectros de la vida como son el trabajo, los estudios superiores, la familia o simplemente, un lugar público en el que te encuentras.

Existen muchas formas de acoso para una persona, tanto en el tiempo como en el espacio, y es importante diferenciarlos para poder identificar cómo podemos reaccionar y actuar para evitar que suceda más sin tener que ponernos en peligro. Además, cuando se trata de homofobia, transfobia, bifobia o incluso plumofobia, el tema es aún más específico, aunque por suerte, cada vez tenemos más herramientas de nuestro lado para conseguir que esto no se repita.

Vamos a analizar los diferentes tipos de bullying LGBT por los que puede pasar una persona LGBT en su vida:

Bullying en la escuela e instituto

Lo primero que pensamos cuando hablamos de acoso o bullying es el colegio. Los niños, tan frágiles como malvados, son perfectamente moldeables. Puedes educar a un pequeño monstruo homófobo si eso es lo que ve en casa, y también te puedes encontrar ante un niño LGBT que no sabe lo que significa, y que solo entiende que los otros niños le insultan sin sentido. Aquí entran en juego los padres, tanto de los acosadores como de las víctimas y el propio colegio, que debe tener unas políticas de tolerancia cero con la homofobia.

La cosa se complica aún más cuando hablamos de institutos: las épocas más delicadas para las mentes de los adolescentes, cuando más frágiles están. Es por eso que nos encontramos demasiadas veces con casos de suicidios adolescentes por culpa del acoso al que son sometidos por sus compañeros. La permisividad de las instituciones y de los propios compañeros propician estas situaciones. Las cosas están cambiando, y ser un adolescente LGBT quizá no es lo mismo ahora que hace 20 años, pero queda mucho por luchar. La clave está en la comunicación, en hacer entender a todos lo que significa ser LGBT y en educar en el respeto y la tolerancia. 

Bullying en el lugar de trabajo

Cuando el acoso o el bullying LGBT se vive en el lugar de trabajo, ya nos encontramos ante otro tipo de odio que no es el más habitual pero no por ello debemos olvidarnos de él. El acoso LGBT en el trabajo no significa que te peguen y te tiren piedras por ser gay. Entra en juego todo lo que te discrimine por tu orientación o identidad sexual. Si hacen bromas constantemente sobre ti, se burlan, te apartan de proyectos o no te llevan a reuniones con el cliente por ser una persona trans, estás viviendo acoso LGBT y no puedes dejarlo pasar.

Los departamentos de recursos humanos y los sindicatos están ahí para escucharte, y no debemos doblegarnos ante homófobos o tránsfobos que se creen que son mejores que nosotros. El paso es difícil, pero de la misma manera que no podemos permitir el acoso sexual, el bullying LGBT en el trabajo debe denunciarse siempre. 

Bullying en la familia y amigos

Una de las peores situaciones ante las que una persona LGBT se puede encontrar es la homofobia dentro de la propia familia. Es algo menos habitual que hace unas décadas pero sigue siendo un drama en muchas casas, especialmente con los familiares de mayor edad.

Hay que distinguir a una abuelita que no entiende bien por qué te gustan los chicos con un familiar que realmente te haga la vida imposible. Aquí también incluimos a los amigos, personas en las que confiabas y que te han dado la espalda o te hacen la vida mucho más difícil desde que saliste del armario. En este caso, salir es complicado, porque puede implicar cortar relaciones con personas importantes y claves en tu vida, pero es una cuestión totalmente personal y en la que entran muchos factores en juego.

Si tu padre no acepta que seas gay pero tu madre sí, no puedes dejar de ver a los dos ni obligar a tu padre a verte si te va a hacer la vida imposible, no es sano. Por eso, ante un caso de acoso LGBT en la familia, aléjate de esa persona y dedica tu tiempo a las personas que de verdad te quieren y se preocupan por ti. Si crees que puedes educar a ese familiar o amigo y hacerle entender que la homofobia no tiene sentido, inténtalo, pero evitemos siempre la frustración.

En definitiva, existen muchos tipos de bullying para con la comunidad LGBT, nos quedan muchas metas por lograr, muchas peleas por batallar aunque hay algo claro: en los niños está el futuro. Si enseñamos a los más pequeños la importancia de la tolerancia y el respeto, de la misma forma que les enseñamos a respetar a las diferentes razas o a tratar a ambos géneros por igual, la educación LGBT es importante, para que comprendan que la orientación sexual es mucho menos importante de lo que creemos. Ellos serán los que crezcan sin prejuicios y formen parte de una sociedad mucho más libre de odio y homofobia, que al final no son más que sinónimos de miedo e ignorancia absoluta.

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