Un cortometraje refleja el día a día de una persona transexual
La LUCHA de una persona TRANS en su día a día, en este cortometraje.
Cuando defendemos a las personas transexuales desde el punto de vista de las personas cis, podemos apoyarles en todo lo posible, pero llega un punto en el que es muy difícil comprender por lo que pasan en su día a día. Defendemos su derecho a vivir como una persona normal pero no acabamos de ponernos en su posición y vivir lo que ellos viven las 24 horas del día.
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En muchos casos se trata de verdaderos infiernos, que van desde el detalle más tonto en el gimnasio hasta las dificultades para salir de fiesta y acudir a un baño público.
‘Headspace’ es el título de un nuevo cortometraje que busca justamente eso: ayudarte lo máximo posible a ponerte en la piel del día a día de una persona trans y lo difíciles que son cosas que no deberían serlo.
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Por ejemplo, la militar británica Hannah Winterbourne nos muestra lo complicado que puede ser tener una cuenta corriente como persona transexual, con el banco llamándote periódicamente para comprobar que los datos coincidan. O la visita al ginecólogo de un hombre trans que ha decidido no operarse y todas las miradas que tiene que soportar constantemente.
También conocemos la historia del modelo Laith Ashley o el terror que sufre cuando en el vestuario del gimnasio entra otro hombre y él debe desnudarse frente a él, con el miedo a que sepa y vea que se trata de una persona trans.
Para muchos pueden ser pequeñas situaciones que no son grandes dramas, pero realmente lo son. Y en este corto cada persona trans representa una de estas situaciones, pero ellos las han de vivir todas constantemente. Ser juzgados en cualquier lugar público, ser cuestionados en todo servicio en el que se requiera la identidad de la persona o, como bien dice uno de los protagonistas, que esta situación te termine arruinando la noche tan feliz que estabas pasando.
Súmale a todo esto la dificultad de encontrar pareja y seguro que entendemos un poco mejor la terrible situación que viven las personas trans a diario. Es nuestro deber y obligación moral conseguir que no haya una persona trans que tenga que sentirse incómoda en un baño, en un médico, en un vestuario o dejando su DNI en cualquier servicio público.
