Un joven trans de 17 años se sentía "inútil" antes de morir, según una investigación

Un adolescente transexual, que fue hallado inconsciente en su habitación de una unidad de salud mental, se había sentido "inútil" y luchaba contra "sentimientos de vergüenza", según se desprende de una investigación.

Advertencia: El siguiente artículo contiene información sobre salud mental y autolesiones.

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Charlie Millers, de 17 años, murió en el Hospital Prestwich, en Manchester, el 2 de diciembre de 2020.

Otros dos jóvenes, entre ellos un adolescente no binario, murieron en el hospital, gestionado por el Greater Manchester Mental Health Trust, en los nueve meses siguientes a la muerte de Millers, informó el Manchester Evening News.

En la investigación se dijo que el adolescente había sufrido muchos "traumas", como que le arrojaran "ácido encima", "abusos sexuales" y acoso escolar.

Según The Guardian, durante los cinco años que precedieron a su muerte, el personal sanitario también le insultó.

La doctora Laura Eccleston, psicóloga clínica a cargo del pabellón, declaró ante el Tribunal de Instrucción de Rochdale que Millers se sentía "inútil", luchaba contra "grandes sentimientos de vergüenza" y no se "sentía seguro en sus relaciones".

Eccleston declaró que la muerte de Charlie la había dejado traumatizada tras un año difícil en el que había tenido que luchar contra la escasez de personal.

Samantha, la madre de Millers, recordaba a su hijo como un "ser humano increíble" al que le encantaba bailar Morris y el fútbol. Su familia describió cómo la sonrisa del adolescente "afectaba y derretía miles de corazones", y cómo dedicaba tiempo a los demás a pesar de sus propias luchas.

La Sra. Millers declaró ante el tribunal que su hijo tuvo problemas de salud mental desde que tenía cinco años, y que estos empeoraron a medida que crecía. Esto incluía autolesiones y pensamientos suicidas.

Admitió que a la familia le resultaba difícil mantenerlo a salvo, dado que sus autolesiones eran "realmente graves", y había pedido apoyo adicional, incluido un asistente personal para su hijo.

Hubo un conflicto entre los trabajadores sociales del Consejo de Trafford y el hospital que hizo que "nunca se decidiera nada al final", añadió. Su hijo "no recibía ningún apoyo que le ayudara a mejorar".

"Era un caos. Nadie sabía adónde se suponía que iba", dijo al tribunal. "Estaba aquí, allí y en todas partes. Nadie sabía lo que estaba haciendo".

Según el tribunal, el personal y los pacientes utilizaron términos inapropiados para referirse a Charlie, a pesar de que los incidentes disgustaron al adolescente, a quien un psiquiatra dijo que su vida era un "accidente de coche".

Charlie murió de una lesión cerebral hipóxica tras ser hallado inconsciente. En ese momento, estaba sometido a un estricto régimen de observación en el que se le controlaba cada cinco minutos, según se informó al juez de instrucción.

La investigación, que se retrasó desde enero del año pasado debido a una investigación policial sobre si se habían manipulado los registros, continúa.

El Manchester Evening News informó de que la investigación concluyó que no había pruebas suficientes para proceder a un procesamiento por homicidio por negligencia grave.