Un segundo hombre se declara culpable de cargos de drogas en la muerte de la activista trans Cecilia Gentili
Los dos hombres acusados de suministrar a la activista transexual latina y estrella de Pose Cecilia Gentili las drogas que la llevaron a la muerte se han declarado culpables.
Gentili, que interpretó a la Sra. Orlando en la innovadora serie, murió en su casa de Nueva York en febrero tras sufrir una sobredosis de heroína mezclada con fentanilo. Michael Kuilan y Antonio Venti fueron acusados de distribuir la droga.
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Según documentos judiciales, Gentili fue hallada muerta en su dormitorio, tras sufrir una sobredosis de una combinación de sustancias controladas, entre ellas fentanilo, xilacina, cocaína y heroína.
Las autoridades afirman que mensajes de texto, datos telefónicos y otras pruebas revelaron que Venti vendió la mezcla de fentanilo y heroína a Gentili el 5 de febrero y que Kuilan le suministró la droga.
La policía encontró cientos de bolsas de fentanilo, así como una pistola y munición, en el apartamento de Kuilan en Williamsburg (Virginia).
El lunes 23 de septiembre, en un tribunal federal de Brooklyn, Kuilan, de 44 años, se declaró culpable de distribución y posesión con intención de distribuir heroína y fentanilo, así como de un delito de posesión de arma de fuego. Venti, de 52 años, se declaró culpable del mismo cargo de drogas en julio.
Según las autoridades, los acuerdos de culpabilidad exigen que ambos hombres acepten haber causado la muerte de Gentili. Venti será condenado el mes que viene y se enfrenta a más de 17 años de prisión, según The New York Times. Kuilan, que será sentenciado en enero, podría ser encarcelado durante más de 27 años.
Breon Peace, fiscal del distrito este de Nueva York, ha declarado: "Los autores del trágico envenenamiento de Cecilia Gentili, destacada dirigente de la comunidad transexual de Nueva York, han admitido ahora su culpabilidad en la venta de los fármacos letales que han causado esta desgarradora muerte.
"Estas drogas, heroína y fentanilo, han causado tanto dolor en toda nuestra comunidad. Espero que este caso aporte una sensación de cierre a la familia de Gentili y sirva como advertencia de que esta oficina será implacable a la hora de exigir responsabilidades a los traficantes de fentanilo."
El agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA) Frank Tarentino declaró que, aunque las declaraciones de culpabilidad "no pueden deshacer la trágica pérdida" de Gentili, envían un "mensaje de que haremos todo lo posible para asegurarnos de que los responsables de muertes relacionadas con las drogas afronten las consecuencias de sus actos, y las familias de quienes perdieron la vida reciban justicia".
Y añadió: "Los hombres y mujeres de la división de Nueva York de la DEA, junto con nuestros colaboradores policiales, seguirán persiguiendo a los responsables de envenenar a nuestras comunidades."
Cuando se conoció la noticia de la muerte de Gentili, de 52 años, llovieron los homenajes, y la gente describió a la estrella como un "pilar de la comunidad".
En un comunicado, familiares y amigos dijeron: "Nuestra querida Cecilia Gentili ha fallecido esta mañana para seguir velando por nosotros en espíritu. Por favor, sed gentiles unos con otros y amaos con ferocidad".
La escritora y editora de libros estadounidense Raquel Willis declaró: "Cecilia Gentili fue una leyenda viva, una titán, un ejemplo sin complejos de la alegría y el poder trans. Su espíritu sigue vivo en todos aquellos a quienes tocó y en todo lo que construyó para nosotros".
Nacida en Argentina, Gentili se trasladó a Estados Unidos y se convirtió en defensora de los derechos de las personas trans, los inmigrantes y las trabajadoras del sexo.
Su funeral se celebró en la famosa catedral de San Patricio de Nueva York, el mismo lugar donde murieron el candidato presidencial Bobby Kennedy en 1968, el exitoso entrenador de fútbol Vince Lombardi en 1970 y los policías y bomberos asesinados en los atentados terroristas del 11 de septiembre. El acto provocó la ira de la prensa de derechas y de grupos conservadores, como CatholicVote, que calificó el servicio de "enfermo" y de "burla de la fe cristiana", según informó The Guardian.
La archidiócesis católica romana de Nueva York también condenó el servicio, afirmando que algunos dolientes se comportaron de forma "escandalosa".
