Una mujer trans acoge a ocho niños huérfanos
"Puedo entender el dolor de no ser amado y cuidado. Así que, cada vez que me encuentro con un huérfano, me llevo a ese niño a casa conmigo". Manisha supo que era diferente desde joven y fue cruelmente condenada al ostracismo por ello. En la escuela fue ahuyentada por otros niños, y en casa sus padres la encerraron para que no "difamara" su honor. Entonces un día, cuando sólo tenía cinco años, la dejaron morir de hambre.
"Mi madre y mi padre me abandonaron a una edad muy temprana", dijo. "Tuve una infancia difícil y pasé muchos días sin comer. Me prometí a mí misma que cuando creciera, cuidaría de otros niños que no tenían familia".
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Manisha fue acogido por otra mujer trans y ahora extiende la misma bondad que una madre. Gracias a ella, los niños que de otra manera estarían en las calles tienen comida, refugio, medicinas y una familia propia.
La mayoría son jóvenes cuyos padres no pueden o no quieren cuidarlas, incluyendo una cuya madre intentó cometer un infanticidio. Uno de los niños mayores es transgénero como Manisha, y el más joven es un niño de 7 meses que perdió a sus dos padres.
Manisha se gana la vida a duras penas cantando y bailando en las bodas y en los nacimientos de los niños, la ocupación tradicional de los transexuales en la cultura india. Pero los tiempos son especialmente duros ahora con la pandemia, y también cría ganado para alimentar a su familia.
Su último sueño es construir su propio orfanato para poder dar a tantos niños como sea posible un techo seguro sobre sus cabezas.
"Nunca tuve el amor de mi madre, ni el de mi padre. No recuerdo haber recibido ningún afecto de ellos. Hay niños como este abandonados, echados de sus casas. Algunos hablan de matar a su hijo. De la forma en que me han herido, si veo a un huérfano o a un niño abandonado, seré una madre para ellos y los criaré."
