Una mujer trans hace historia en Uganda al obtener su documento de identidad correcto
La primera mujer trans ugandesa conocida que recibe un documento nacional de identidad con un marcador "F" quiere "desprenderse de la triste narrativa trans africana".
Cleopatra Kambugu siempre supo que era diferente. Creció en Kampala (Uganda), en una familia de 15 miembros, y describe sus primeros años como un reto.
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"La gente siempre me llamaba 'chico-chica' o 'shemale'", dice. Su condición de trans siempre estuvo clara para ella y para los que la rodeaban, pero se vio frenada por la falta de conocimiento y de terminología.
"Crecer en una época en la que las personas trans eran vigiladas, desfilaban en Jerry Springer y se limitaban a la narrativa de las trabajadoras sexuales fue duro", dijo. "Así que recurrí a la educación para comprender quién soy".
Pero, como es demasiado común, su escuela no cubrió el género o la sexualidad más allá de la heterosexualidad. No obstante, la experiencia encendió una llama dentro de Kambugu.
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A sus 35 años, Cleo Kambugu es una destacada activista trans que trabaja por la justicia social y la igualdad de las personas trans, intersexuales y no binarias, así como de los trabajadores del sexo. En 2016, se convirtió en protagonista de una película titulada La perla de África, "una historia de amor, odio y ser transgénero".
Cuando el gobierno ugandés aprobó en 2013 su Ley contra la Homosexualidad, que prohíbe las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, Kambugu fue denunciada por un periódico sensacionalista. Huyó a la vecina Kenia en busca de seguridad.
Tras su traslado, se unió a una fundación dirigida por activistas llamada Uhai Eashri, que proporciona financiación a las minorías sexuales y de género con sede en África Oriental. En el primer año de su incorporación, Kambugu facilitó el éxito de la transferencia de una subvención de 200.000 dólares a un movimiento ugandés en apoyo de la eliminación de la Ley contra la Homosexualidad. Ésta fue anulada tres meses después.
"Esto marcó el comienzo de una nueva era en la que los donantes creen que la educación y la defensa de los litigios pueden cambiar las cosas", afirmó.
"La comunidad trans de Uganda ha trabajado mucho para cambiar las normas sociales sobre la sexualidad y el género. Así que, aunque a algunos no les guste la gente trans, al menos saben quiénes son".
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Kambugu recuerda que tenía veintitantos años cuando conoció a otra persona trans en una noche de fiesta. "El mero hecho de ver a alguien que se parecía a mí me tranquilizó", dice.
A través del trabajo que realizaba en Uhai Eashri, Kambugu se propuso crear un documental que siguiera su camino hacia la transición médica. Empezó a ponerse en contacto con la gente, pero con poco éxito recurrió a YouTube para publicar vídeos desde su dormitorio, siempre firmando con: "No dudes en ponerte en contacto si quieres hacer una película".
Tras varias llamadas por Skype con el director sueco Johnny von Wallstroem, Kambugu realizó La perla de África, mostrando momentos íntimos con su entonces pareja, un hombre cis. La película atrajo la atención mundial de CNN, AOL y muchos más.
A raíz del éxito de la película, Kambugu se convirtió en una activista trans mundial que viajaba desde y hacia África, hasta el punto de que su pasaporte se agotó y tuvo que volver a Kampala para renovarlo, en 2017.
"Me puse nerviosa al pensarlo", dijo. "Quería evitar un interrogatorio excesivo, así que declaré mi identidad de antemano".
Buscó el asesoramiento gratuito de un abogado comunitario del Programa de Defensores de los Derechos Humanos, que le informó sobre la Ley de Registro de Personas. La ley implica que, para cambiar el marcador de género en los documentos de identidad, una persona debe tener el permiso firmado de ambos padres y del Ministerio de Género, Trabajo y Desarrollo Social.
"A partir de ahí, entré y solicité que mi caso fuera tratado por la persona más alta del Ministerio del Interior que se ocupaba de los pasaportes y del asesoramiento, lo que conseguí", dijo.
Para su sorpresa, no hubo complicaciones. El ministro mencionó que necesitaba un tiempo para consultar con un tribunal legal para asegurarse de que no podía ser amonestado por lo que iba a hacer. Al cabo de unos días, llamaron a Kambugu y le entregaron un nuevo pasaporte con el marcador de género "F".
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Conseguir su pasaporte en 2018 fue solo el principio, sobre todo porque en Uganda se da más valor al documento nacional de identidad. Sin él, los ciudadanos no pueden relacionarse con el gobierno, votar, acceder a la sanidad o tener alguna propiedad.
"Viene con otra serie de barreras", dijo, "tu ayuntamiento tiene que aprobar quién eres después de la transición y tus padres también, a pesar de tu edad".
Por suerte, Kambugu pasó siete años trabajando con su familia en su transición, por lo que aceptaron firmar su documento de identidad.
El 27 de septiembre, Kambugu se conectó a Instagram para anunciar, mediante un emotivo post, que tras un año de espera (debido al COVID) se había convertido en la primera mujer trans que obtenía un documento nacional de identidad ugandés con su género correcto.
"No creo que al darme este carné estuvieran haciendo una declaración. Justo este año, [el gobierno] estaba discutiendo el proyecto de ley de delitos sexuales para volver a criminalizar la homosexualidad", dijo.
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Muchas culturas africanas creen que un nombre puede trazar el futuro de su hijo, así que cuando descubrió que Cleopatra significaba "la gloria del padre", le pareció una hermosa manera de honrar su estrecha relación paterna. Asimismo, su apellido, Kambugu, el nombre de su abuelo, significa una hierba perenne difícil de erradicar por su resistencia y terquedad.
"Quiero pasar los próximos 35 años de mi vida despojándome de la triste narrativa trans africana. No sólo cargamos con historias trágicas", dijo, "soy bióloga molecular, genetista, activista, imaginativa, atrevida, diferente, audaz y aries".