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Vientos de esperanza para la comunidad LGTB+ en el mundo

A PESAR DE LAS OLEADAS DE ODIO, CADA VEZ ES MAYOR EL RESPETO

El mismo viento que sopla los humos tóxicos del odio también limpia el aire y trae la fragancia del cambio positivo...

Nuestro mundo ha estado en constante cambio desde su creación, y el mismo proceso ocurre con los seres humanos. Los últimos 100 años han sido muy importantes para todos nosotros por diferentes razones y aspectos. La tecnología, los derechos humanos, la ciencia, la educación, el transporte, la diversidad y la inclusión.... Pero hay algo extraño que está sucediendo. El aire se ha convertido en una mezcla de olores dulces e ingredientes tóxicos: es casi imposible no inhalarlo, no intoxicarse. Se está volviendo tan denso que casi se puede tocar. O peor: puede tocarte y dañarte.

No sé cómo te sientes tú en relación con este aire nocivo que nos rodea, pero yo no estoy feliz de la misma manera que no estoy triste. Quiero celebrar todos los avances al mismo tiempo que quiero llorar o tener fuertes reacciones por toda la inequidad, la violencia y los retrocesos. A pesar de todos los avances que he presenciado personalmente y de todo lo que se ha ganado en los últimos años para las personas queer, siempre tengo esa sensación de que estamos perdiendo.

Constantemente, miro hacia atrás para ver cuándo y dónde han cambiado los vientos y hemos empezado a perder oportunidades. O quizás estoy siendo ingenuo al creer en ilusiones ópticas. El statu quo no ha cambiado en absoluto, manteniéndonos en burbujas invisibles para simular la inclusión cuando, en cambio, estamos experimentando la integración. Esas burbujas han dirigido a las comunidades queer a estar en el centro de atención por diferentes razones, ayudándonos a ocupar tantos espacios y a acceder a derechos que antes se nos negaban aquí en Canadá y en todo el mundo.

La prohibición de la terapia de conversión en Canadá fue una gran victoria para las comunidades 2SLGBTQIA+ y realmente nos recargó las pilas. Sin embargo, nuestras comunidades necesitan más y trabajar juntas para detener los actos de violencia contra las personas trans, incluyendo las acciones y comportamientos negativos de otros miembros dentro del gran paraguas de las siglas.

Puede que sea repetitivo, pero lo que es más repetitivo es la constante violencia y las campañas de odio dirigidas a las personas trans. En nuestro vecino del sur, varios estados han aprobado leyes y actos para "proteger" a las personas que en realidad están poniendo en peligro a muchos chicos trans y no binarios. Otros estados están trabajando contra las comunidades queer en general. Quieren bloquear el derecho constitucional a existir, a ser quienes somos. Los derechos específicos de las personas trans y queer son el objetivo de un movimiento orquestado. ¿Quién nos protegerá?

Algunos países europeos se dedican a ser una "zona libre" para las personas queer a pesar de la hipocresía de algunos de sus dirigentes. Incluso los países más progresistas no son inmunes. Un amigo mío fue asaltado y agredido físicamente en las calles de Ámsterdam, una de las ciudades más respetuosas con el colectivo LGBTQIA del mundo. Casos como éste están apareciendo en todo el mundo. Y, retóricamente, me pregunto: ¿hay algún lugar seguro?

El aire tóxico se está extendiendo rápidamente y perjudica nuestro derecho a existir. Seguro que ha llegado a Canadá, y los legisladores podrían contaminarse. Por eso me preocupa que los cambios positivos no duren mucho. Muchos informes estadísticos muestran que aún nos queda mucho por hacer y demuestran la necesidad de avanzar más. La inclusión laboral podría ser un buen ejemplo. El 50% de las personas trans ganan menos de 30.000 dólares al año y a menudo sufren discriminación cuando intentan conseguir un trabajo o avanzar en su carrera. Las mujeres bisexuales se encuentran con aún más retos y barreras, ya que ganan menos de la mitad de la media de los ingresos anuales de los hombres heterosexuales. Si comprobamos otros estudios que muestran los aspectos de interseccionalidad de la demografía, las cifras indicarán una realidad más dura.

Por otro lado, debo recordarme a mí misma, y a ustedes también, que el viento que propaga la toxicidad es el mismo que limpia el aire y trae la fragancia de los cambios positivos. Los recientes avances en la legislación canadiense (como la prohibición de las terapias de conversión) y en los sistemas sanitarios provinciales (como la política de atención a la mujer de Yukón) me dan la esperanza de que podemos mantener e incluso construir más capas para protegernos.

Actualmente, muchas organizaciones están trabajando duro y abogando por un futuro mejor para las comunidades trans y queer tanto en Canadá como en el resto del mundo. Iniciativas como el Fondo Federal de Capacidades Comunitarias LGBTQ2 (que apoya 76 proyectos dirigidos por la comunidad a nivel nacional) y el Plan de Acción Federal LGBTQ2 construirán comunidades más fuertes y resistentes. Algunos proyectos y organizaciones contribuyen a cambiar la realidad en países donde es ilegal ser queer y donde se persigue a las personas o incluso se las condena a la pena de muerte. Otras iniciativas ayudan a los inmigrantes y refugiados que tienen que abandonar sus países de origen porque no es seguro quedarse. Juntos, este gran combo creará soluciones y políticas para un mundo más inclusivo.

La inclusión es un largo viaje, ya que seguimos aprendiendo y trayendo a más personas a la mesa. La inclusión tiene que crear el sentido de pertenencia y espacios seguros para todos, respetando sus propias identidades. Sin embargo, no podemos ignorar la paradoja de la tolerancia desarrollada por el filósofo austriaco Karl Popper. En lo que parece una afirmación contraintuitiva, Popper sostenía que las personas intolerantes (con sus sesgos y prejuicios) no pueden ser toleradas en una sociedad tolerante, o acabarán destruyendo a las personas tolerantes y, en consecuencia, no permitirán el desarrollo de sociedades inclusivas. Por eso experimentamos este complejo viaje para eliminar las barreras y los obstáculos que bloquean el flujo de aire.

Aunque el futuro parece amenazado con perder sus colores (del arco iris) por culpa de este movimiento de niebla venenosa, quiero animaros a seguir luchando por nuestros derechos y a celebrar todos los cambios positivos. Sigamos repintando los colores que algunos intentan borrar. Abramos nuestras ventanas para ventilar las habitaciones, hacer circular el aire y rociar nuestros dulces y coloridos olores. Sintamos los vientos de la esperanza. Canalicemos la sabiduría del poeta y político chileno Pablo Neruda: "Pueden cortar todas las flores, pero no pueden detener la primavera".

 

¿Y tú que opinas?

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