Estados Unidos aplicará por primera vez la pena de muerte a una mujer trans

El primer preso abiertamente trans de Estados Unidos será ejecutado el martes 3 de enero en Misuri por asesinar a una mujer en 2003.

Amber McLaughlin, de 49 años, será ejecutada por matar a su ex novia, Beverly Guenther, de 45 años, a menos que el gobernador del estado le conceda clemencia.

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Los abogados de McLaughlin escribieron al gobernador Mike Parson en diciembre solicitando clemencia, afirmando que ella ha expresado remordimientos y señalando que se le ha diagnosticado daño cerebral y síndrome de alcoholismo fetal.

Se informó de que antes del asesinato, McLaughlin se presentaba en el lugar de trabajo de Guenther, a veces escondiéndose dentro del edificio, lo que llevó a Guenther a obtener una orden de alejamiento contra McLaughlin.

Al parecer, el 20 de noviembre de 2003, los vecinos de Guenther llamaron a la policía cuando ella no regresó a casa por la noche. Su cadáver fue hallado más tarde, cuando McLaughlin condujo a los agentes al lugar donde la había abandonado.

McLaughlin fue declarada culpable de asesinato en primer grado en 2006, y un juez la condenó a muerte. Actualmente está recluida en una prisión que alberga a reclusos varones.

Jessica Hicklin, una reclusa trans que se hizo amiga de McLaughlin en prisión y que ya ha sido puesta en libertad, la describió como "vulnerable" por estar recluida en una prisión de máxima seguridad dominada por reclusos varones.

"Definitivamente una persona vulnerable", dijo. "Definitivamente tengo miedo de ser agredida o victimizada, lo que es más común para las personas trans en el Departamento de Correcciones".

La petición de clemencia de McLaughlin contenía detalles de los abusos sufridos en su infancia que, según sus abogados, no se presentaron al jurado durante el juicio.

Según la petición, McLaughlin fue "abandonada" por su madre durante la infancia y colocada en el sistema de acogida. La solicitud continúa destacando los abusos y traumas que McLaughlin sufrió en los hogares de acogida, y afirma que fue golpeada con un arma de fuego por su padre adoptivo.

Debido a su difícil educación, luchó contra una depresión que la llevó a "múltiples intentos de suicidio", según la petición.

El abogado de oficio de McLaughlin, Larry Komp, declaró a la CNN que su ejecución "pondría de manifiesto todos los fallos del sistema judicial y sería una gran injusticia a varios niveles".

"Continuaría con los fallos sistémicos que existieron a lo largo de la vida de Amber, en los que no se produjeron intervenciones para detenerla e interceder para protegerla cuando era niña y adolescente", afirmó.

"Todo lo que podía salir mal le salió mal. Hay mucho odio ahí fuera, así que admiro a Amber y su valentía al abrazar quién es".