Lograr la felicidad y la alegría en la vida cotidiana es posible
Dicen que la felicidad es efímera. En última instancia, las cosas que nos esforzamos por hacer o lograr en nuestras vidas sólo proporcionan alegría y satisfacción temporales, y luego se desvanecen con el paso del tiempo. Cuando se piensa en ello, tiene sentido. Tanto si te das un capricho, como si consigues un ascenso, empiezas una relación o haces un viaje muy necesario, te sientes feliz en ese momento, pero es efímero. Sin embargo, ¿significa eso que no debemos esforzarnos por ser felices? La respuesta es inequívoca: no.
¿Por qué no querrías experimentar momentos de felicidad a lo largo de sus vidas, especialmente con el modo en que está el mundo hoy? Aunque sean temporales, esos momentos de placer hacen que la vida merezca la pena. Además, su búsqueda podría llevarle a la felicidad eudaimónica, esencialmente conocer su auténtico yo y su propósito para la sociedad. La felicidad se convierte en una sensación de ser que nunca se desvanece cuando sabes estas cosas.
Formas de alcanzar la felicidad eudaimónica
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¿Cómo se consigue? ¿Cómo puedes dominar la felicidad eudaimónica o, al menos, manifestar algún nivel de ella en tu vida cotidiana? Siga leyendo para ver las sugerencias.
Dejar ir el dolor del pasado (y los vicios)
El mayor bloqueador de la felicidad de cualquier tipo es el dolor. Los traumas y las experiencias desfavorables, que a menudo se producen en la infancia, roban a las personas su inocencia, cambian sus perspectivas y crean la base para convertirse en adultos infelices. Uno lleva consigo estas experiencias dolorosas y, cuando se desencadenan, le llevan a tomar decisiones que hacen la vida más difícil y, en última instancia, desagradable.
Si quieres una felicidad auténtica, debes dejar ir el dolor del pasado y cualquier vicio que hayas utilizado como mecanismo de afrontamiento. Puede que tengas que enfrentarte a tu pasado, decir tu verdad, eliminar las relaciones insanas o incluso hablar con un terapeuta para eliminar el dolor.
Si sus vicios le han llevado a la dependencia o a la adicción, puede ser necesaria la rehabilitación. Por suerte, existe la cobertura de tratamiento de adicciones de Blue Cross Blue Shield y otros proveedores de seguros asequibles que se harán cargo de los gastos por ti.
Practicar la atención plena
Una vez que hayas empezado a sanar del pasado, el siguiente paso para dominar la felicidad eudaimónica es cambiar tu enfoque mental. Es hora de ponerse en sintonía contigo mismo y con el mundo que te rodea. Descubrir tus pasiones, tu propósito y tu lugar en la sociedad empieza por aprender a estar presente en el momento.
Encuentre formas de dejar de pensar en el pasado o de preocuparse por el futuro y simplemente experimente su persona y su entorno en el presente. Algunas personas recurren a la meditación y el yoga, mientras que otras se desconectan y se toman un muy necesario descanso. ¿Quién te rodea? ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo te hace sentir lo que estás haciendo? ¿Coincide con tus valores y creencias generales? Al responder a estas preguntas, empezarás a desarrollar una mentalidad consciente que te hará tomar decisiones y realizar actividades que, en última instancia, contribuyan a tu felicidad (y a la de los demás).
Quiérete a ti mismo (incluso los defectos)
¿Cómo puedes experimentar la alegría si estás insatisfecho contigo mismo? ¿Cómo puedes vivir una vida con propósito si te centras constantemente en tus imperfecciones y carencias? La felicidad siempre se te escapará si te pasas años intentando estar a la altura de las expectativas irreales de la sociedad.
Debes llegar a un punto en el que te sientas orgulloso de quién eres, incluso de los defectos. Debes aprender a entender que tu singularidad es lo que te hace especial. Tómate un momento para evaluar tus puntos fuertes y débiles. Luego, determina cuáles de estas cosas te definen y cuáles son limitaciones autoimpuestas.
Trabaja en las áreas que creas necesarias para fortalecer lo que eres y deja ir las cosas que no importan. A medida que vayas mejorando, llegarás a quererte a ti mismo y alcanzarás una felicidad duradera.
Sí, la felicidad es efímera, pero no perseguirla dará lugar a una vida insatisfecha de dolor, arrepentimiento y resentimiento. Alcanza las estrellas, aprecia esos breves momentos de satisfacción y continúa tu viaje hacia la felicidad eudaimónica que resiste la prueba del tiempo. A medida que domines los pasos mencionados, descubrirás que cada día y cada experiencia son esenciales para el objetivo mayor.