The L Word: La nueva generaci贸n de la homosexualidad
The L Word: La Generación Q no es sólo para la Generación Z
Recuerdo dónde estaba cuando se emitió el primer episodio de The L Word en enero de 2004. En la época en que nos reuníamos en torno al televisor (en casa de quien tuviera Showtime) con amigos y familiares elegidos para organizar fiestas para verlo.
Conoce a la nueva generaci贸n de The L Word
La evoluci贸n de la franquicia The L Word
En aquel momento no sabía lo revolucionaria que sería la serie. Sólo sabía que era la primera vez que veía personajes cuyas historias reflejaban la mía. Entonces estaba casada con mi novio de la universidad, acabábamos de tener un hijo y estábamos a punto de divorciarnos. Ver los retos a los que se enfrentaba Jenny mientras descubría poco a poco la verdad de su identidad sexual fue desgarrador e inspirador a partes iguales para mí.
La marca de una gran serie es que los personajes no sólo están bien escritos, sino que también son profundamente identificables. Vi todos los episodios de The L Word y, cuando terminó, me apresuré a comprar los DVD para seguir conectando con algunos de los mejores personajes de la pantalla. A pesar de mi profunda admiración por The L Word, siempre faltaba algo. La diversidad y la representación de personajes de color y argumentos centrados en las experiencias únicas de ser BIPOC y parte de la comunidad LGBTQ+.
Después de años de desear, esperar y preguntarse, a principios de 2019, Showtime anunció The L Word: Generation Q, prometiendo nuevas historias, conexiones y, por supuesto, nuevos personajes. Estaba ansiosa por ver cuáles de mis personajes OG favoritos de The L Word regresarían. En cuanto vi el primer cartel con Jennifer Beals (Bette), Katherine Moening (Shane) y Leisha Hailey (Alice), me convencieron. A los pocos minutos del primer episodio de la primera temporada de Generation Q, reconocí inmediatamente la inclusión intencionada de personajes no sólo diversos en raza y etnia, sino también en su expresión de la homosexualidad.
Como fan desde hace mucho tiempo del universo de The L Word, me complace ver una variedad totalmente expresiva de historias de personajes queer expuestas con detalle emocional. La serie aborda temas profundamente complejos como el alcoholismo, la paternidad queer y los matices de las relaciones en todo el espectro del amor queer. El retrato de las relaciones intergeneracionales dentro de la comunidad queer es esencial. A menudo en nuestras comunidades, una vez que termina la "fase de fiesta", luchamos por encontrar formas de conectar con la siguiente generación de baby queers que buscan conexión.
Los espectadores de The L Word empezaban a preguntarse si la "conversación sobre la diversidad" había llegado a las salas de los guionistas. The L Word: Generation Q hace varias cosas bien, sobre todo la atención intencionada que presta a concienciar a la audiencia sobre los momentos álgidos y desgarradores que vive nuestra comunidad.
Todos tenemos historias que contar, y dentro de nuestras historias hay lecciones esenciales sobre igualdad, diversidad e inclusión. El programa recuerda a los espectadores que ser queer no es una existencia monolítica. Nuestras historias únicas forman parte de la experiencia colectiva, y la serie está creando un archivo cultural para las generaciones venideras.