Viajar en invierno para coger energía hasta verano
Viajar en invierno para coger energía hasta verano.
Hay muchas personas que sólo conciben los viajes en verano y en primavera, es decir, con el buen tiempo y temperaturas cálidas. Pero a veces se olvidan de que el invierno también tiene su encanto y, los más deportistas también pueden aprovechar grandes ofertas de esquí, algo que, a partir de abril resulta difícil de encontrar.
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Y no sólo por las ofertas, también porque es necesario romper la rutina de vez en cuando. Tradicionalmente, las vacaciones largas se hacían en agosto por excelencia, paralizando al país. De hecho, muchas empresas y fábricas cierran, al menos, dos semanas en ese mes de calor infernal y calles solitarias, sobre todo, en las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona. De hecho, seguro que se ha escuchado más de una vez esa frase de: “Madrid en agosto está vacío, es un placer aparcar”.
Quizá esa frase esté ya dando sus últimos coletazos. Primero porque cada vez están naciendo más aparcamientos disuasorios y peatonalizando más calles para reducir los grandes problemas de contaminación que tiene la capital, pero, sobre todo, porque cada vez se dan más las vacaciones escalonadas.
Ya no todo el mundo decide irse en agosto. Algunos reparten las vacaciones de verano entre julio y septiembre (o incluso junio), evitando las aglomeraciones en los sitios más turísticos- no es lo mismo irse a Ibiza a principios de julio que en agosto – y aprovechando que los precios son más baratos al existir, por ahora, menos demanda.
Esta tendencia en verano se está dando de igual forma el resto del año. Cada vez es más frecuente guardarse días que se puedan sumar a los festivos y marcharse a algún lugar en el puente del Pilar, el de Todos los Santos o en el de la Constitución. De hecho, según el IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente elaborado por la compañía Rastreator, ya más del 88% de los españoles realizan viajes fuera de la temporada alta y, de hecho, más de un 25% lo hace también, incluso, en Navidad.
Si bien es cierto que esta festividad, muy arraigada a la cultura española, siempre se ha celebrado en la ciudad natal, cada vez son más las parejas, grupos de amigos o familias que deciden aprovechar estos días libres para viajar, tanto a lugares cálidos – despidiendo el año en bañador – o a otras ciudades para conocer sus tradiciones navideñas.
Cambiar de escenario, descubrir nuevos lugares, desconectar y tomar energía son aspectos cada vez más valorados. La resignación y la espera de las vacaciones largas ya sólo es una opción o un lejano recuerdo.
De hecho, son muchos los psicólogos que recomiendan el descanso y la desconexión cada cierto tiempo para rendir más en el trabajo. Un poco siguiendo esa lógica se instauró el nuevo calendario escolar en Cantabria, lugar donde los niños y niñas tienen una semana de vacaciones cada dos meses lectivos – a pesar de lo que conlleva con respecto a la organización doméstica de padres y madres.
¿Es una moda? No se sabe, probablemente sea realmente así. Lo que está claro es que todos preferimos viajar, disfrutar del tiempo libre sin ningún tipo de estrés a tener que estar tres meses trabajando mañana y tarde y dedicando los fines de semana a resolver temas logísticos, domésticos o familiares que no ha dado tiempo a hacer durante la semana de madrugones, atascos y tecleo rápido.
Internet, además, ayuda bastante a la hora de encontrar un lugar al que ir, incluso, sobre todo las plataformas especializadas como Esquiades.com que ofrecen un sinfín de ofertas y destinos a los que ir para practicar este deporte de invierno.
El esquí cada vez se está democratizando más. Si antes estaba relacionado directamente con el poder adquisitivo de quienes lo practicaban, actualmente lo practica todo tipo de gente. Además, no se trata sólo de un deporte, es todo lo que rodea al mundo de los esquís. Es sentir el frío, pisar la nieve, es tomar un chocolate caliente y es dar un paseo por la ciudad en la que se esté.
Formigal, Baqueira, Panticosa o Sierra Nevada. España cuenta con muy buenas estaciones de esquí que no tienen nada que envidiar a lugares de Francia o Italia. Además, normalmente se suelen ofrecer paquetes de alojamiento y forfait a precios muy convenientes. Y, para quienes no sepan esquiar, siempre hay opción de tomar clases con alguno de los monitores que suelen estar disponibles para ellos.
El esquí es uno de los deportes que más se hace en familia, porque conlleva un viaje y porque se puede practicar a la vez aunque se tengan distintas edades – sólo habría que estar atento con las pistas a las que no pueden acceder los niños. Y para los acompañantes que no les guste el esquí, siempre hay opción de visitar otros lugares cercanos.
¿Qué necesidad hay de esperar hasta verano? A veces basta sólo encender el ordenador, dar un clic, reservar un viaje de último minuto con un clic y preparar la maleta. Y ya. Desconexión.
