El fin del político homófobo Viktor Orbán podría estar cerca
Seis partidos de la oposición de todo el espectro político han apoyado a Péter Márki-Zay para que derrote a Viktor Orbán en las próximas elecciones de primavera en Hungría.
Márki-Zay, al igual que el actual primer ministro al que pretende desbancar, es un conservador que va a la iglesia. Sin embargo, a diferencia de Viktor Orbán, también ha manifestado su compromiso con los derechos LGBT+, un punto clave para los partidos que se han unido tras él, que abarcan en ideología desde la socialdemocracia hasta la antigua extrema derecha.
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Las próximas elecciones podrían marcar un punto de inflexión clave en la historia política de Hungría y el posible fin de la "democracia antiliberal" de Orbán. El clima actual hizo que el país se convirtiera en el primer Estado miembro de la UE clasificado como "parcialmente libre" por la ONG Member House.
Bajo el liderazgo de Orbán, Hungría instituyó su legislación de "propaganda" anti-LGBT+. La ley restringe el acceso de los menores de 18 años a los contenidos que muestran las identidades LGBT+. La Comisión de Venecia, que asesora al Consejo de Europa en asuntos constitucionales, la ha declarado como una violación de los derechos humanos.
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La comisión declaró que tales restricciones pueden negar la expresión legítima de la identidad sexual y de género, ambas características protegidas por el Convenio Europeo de Derechos Humanos. También ha señalado que la ambigüedad de la redacción de la ley supone una amenaza para derechos humanos como el derecho a la vida familiar y el derecho de los padres a enseñar a sus hijos según sus propias convicciones.
Aunque nunca fue miembro del partido de Orbán, Fidesz, Màrki-Zay fue en su día partidario, votando por ellos. Eso cambió en 2010.
"Simplemente me molestó cada vez más su populismo, su traición a los valores occidentales... la corrupción sobre todo", dijo al Observer. "Orbán ha cambiado, no yo".
A pesar de la convicción de Màrki-Zay de que la ley de "propaganda" anti-LGBT es antidemocrática y su aparente intención de derogarla, su actitud hacia la comunidad LGBT+ no está exenta de problemas. También ha sugerido que ser gay es una desventaja que podría utilizarse en política como herramienta.
Sin embargo, los analistas han argumentado que al atacar a Orbàn a través de la derecha y no de la izquierda, se evitan las acusaciones de una élite liberal y de que los antiguos partidos gobernantes de izquierda del país asuman el papel de titiriteros.