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Viktor Orbán se queja de las medidas contra sus leyes anti-LGTB+ por parte de la UE

LA COMUSIĂ“N EUROPEA VA A TOMAR MEDIDAS CONTRA HUNGRĂŤA YPOLONIA

El primer ministro homófobo de Hungría se enfurece al saber que sus actos tienen consecuencias

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acusó a la Comisión Europea de "gamberrismo legalizado" por tomar medidas contra su cruel ley de "propaganda" contra el colectivo LGBT+.

El líder de la extrema derecha se mostró consternado después de que el brazo ejecutivo de la UE anunciara el jueves que tomaría medidas contra Hungría y Polonia por "violaciones de los derechos fundamentales de las personas LGBTIQ".

La Comisión dijo que la prohibición húngara de representar a las personas LGBT+ en los medios de comunicación, el material escolar y la publicidad es contraria a varias leyes de la UE, "viola la dignidad humana, la libertad de expresión e información, el derecho al respeto de la vida privada" y el "derecho a la no discriminación".

Hungría recibió una carta de emplazamiento con la orden de "corregir" el problema en un plazo de dos meses. Si no lo hace, la UE podría llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, que podría imponer fuertes sanciones económicas.

Respondiendo a la amenaza el viernes (16 de julio), Orbán declaró furioso a la radio estatal: "Esto es un vandalismo legalizado... La postura de la Comisión Europea es vergonzosa".

Dijo que el debate ofrecía a los húngaros una visión de la "vida europea", de lo que ocurría en las escuelas de Alemania, y reiteró que Hungría no permitiría que los activistas LGBT+ "desfilaran" en las escuelas promoviendo lo que llamó "propaganda sexual".

Hungría ignoró las advertencias sobre la legislación anti-LGBT+

Que Hungría se enfrente ahora a las consecuencias de sus acciones no puede sorprender a Orbán, que se ha encogido de hombros en repetidas ocasiones ante las amenazas de sanciones de la UE por su "vergonzosa" ley anti-LGBT+.

La condena se ha intensificado en las últimas semanas en medio de tensas discusiones a puerta cerrada entre dirigentes y legisladores, pero el homófobo húngaro en jefe no se inmuta.

"Los esfuerzos de Bruselas para que permitamos la entrada de activistas LGBT+ en las escuelas y guarderías son en vano", dijo la semana pasada su jefe de gabinete, Gergely Gulyás. "No estamos dispuestos a hacerlo".

La amenaza de sanciones financieras podría ser potencialmente devastadora para Hungría, que recibió 6.300 millones de euros de la UE en 2018, lo que equivale a casi el 5% de su economía total.

Sin embargo, en lugar de reducir su fanatismo, el primer ministro parece más propenso a intensificar su campaña anti-LGBT+, que se espera que ocupe un lugar destacado en su plataforma política de cara a unas elecciones nacionales potencialmente duras el año que viene.

En las dos últimas semanas se han instalado en todo el país enormes vallas azules con lemas como: "¿Te has molestado con Bruselas?" y "¿Tienes miedo de que tus hijos se enfrenten a la propaganda sexual?".

Orban también predijo el viernes otro enfrentamiento por los fondos de recuperación de la UE, que han sido retenidos por Bruselas pero que, según dijo, Hungría acabará recibiendo.

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